sábado, 24 de octubre de 2009

Y qué pasó después?




En la vida también hay que saber dar “Un paso adelante y dos atrás”, de acuerdo a la recomendación de Lenin, político de la Unión Soviética, actualmente estas palabras savias la supo poner en practica nuestra entrevistada Karla Lopez. Nacida en la república de El Salvador. Sus primeros pasos en Suecia los comenzó a dar a los 10 años de edad.

Las impresión más fuerte que tuvo de esta niña fue ver realidades diversa, contrastes entre ambas sociedades, al abandonar su país que se encontraba en una guerra civil, en la década de los 80. Existía una estrés pos-traumática que la traía consigo, pero mucho más vistosa en la población exiliada adulta, que decidió abandonar el país de El Salvador y refugiarse en Suecia. “Yo veía el trato duro y rígido que se le proporcionaba al niño y al joven por parte de los adultos. Todo este trato se puede echar la culpa a la guerra, pero también es que todos nosotros venimos de una cultura salvadoreña, machista. Acá en la sociedad sueca veía que se trataba mucho mejor a los niños y a los jóvenes, existía respeto a los derechos humanos” eso es lo que más impresionó a la niña, Karla.

“Creo que mis padres velaban mucho por mí, es por eso que brindaron el cariño y la seguridad que hoy la tengo” manifiesta Karla con una tranquilidad, mientas endulza su té con leche.

Cada persona va sumando experiencias a lo largo de su vida y Karla una niña rebelde y de carácter fuerte, en la escuela sueca supo encontrar su propio lugar, para ella la escuela era “muy fácil, no era difícil, yo como estaba acostumbrada a la disciplina rígida, con tareas para la casa, allá tenía que entregar mucho más de si misma, mientras que acá, en la escuela sueca, nada o casi nada. Las notas que los maestros nos daban no eran de lo que uno aprendía o sea a su rendimiento sino una recibía de acuerdo a la imagen que recibian los profesores de una. En El Salvador creo que era más justa, después de tomar a una pruebas de rendimiento y de acuerdo a estas pruebas es que se veía que una pasaba de curso o no, acá no sucedía lo mismo y muchas veces no era correcto”.

La ciudad de Hallstahammar cobijó a la familia de Karla, asistiendo a una escuela, donde la mayoría era inmigrante, luego de algunos meses se trasladó a Kumsan, en acá la escuela era mixta, suecos e inmigrantes. “Yo aprendí el idioma sueco en un ambiente de puro suecos y no así en la escuela ya que la pedagogía no era buena. Yo creo que aprende mucho más un idioma cuando se la practica. Yo observé que en la escuela los que hablaban español eran mucho más hombres que mujeres lo que me llevó a tener amigas suecas. Es de ver que los latino americanos tienen una forma de catalogar a las mujeres sueca, prejuicios exagerados, las creían “putas” . Yo me dí cuenta que no tenía nada que ver con la realidad, ellos tenían una moralidad casi similar a nosotros, sólo que ellos eran más liberales y que no existía esa morbosidad en la ropa, en la forma de vestirse, que a lo mejor existe en latinoamérica”

Mas tarde la familia se mudó para la ciudad portuaria de Uddevalla “Acá tenía amigas latinas muy pocas y si las había, los padres las tenían muy vigiladas y ellas no podían hacer nada, lo que me llevó a establecer relaciones con las suecas”
Al preguntarla a Karla, por si de ella se hacían la burla o se mofaban ella nos cuenta: “no, no lo sufría nada de eso, por que tengo un carácter muy fuerte, pero los hablando de los maestros, yo sentía que había muchos prejuicios y no sólo a mí como inmigrante sino a todos en general: por ejemplo yo venía de una zona donde la clase baja inmigrante y clase media sueca vivía, yo vi que muchos de los maestros tenían prejuicios con los suecos que venían de estas zonas en relación a los “prejuicios buenos” a los suecos que venían de las zonas ricas. Yo no lo sentí como racismo sino algo como prejuicios. Los maestros pretendían a que nosotras (los emigrantes) nos amoldáramos al sueco y sus costumbres y ellos no lo aceptaban. Por ejemplo si uno era muy alegre o hablaba mucho, ellos lo veían muy mal.”
“Mi padre ha sido un hombre liberal y mis relación con mi familia en general era buena. El ha sido un padre comprensivo no me exigía cosas. No era estricto. Pero si, con mi madre que era ella quien administraba la casa, tuvimos muchos choque durante la adolescencia, que creo que es natural.

Hoy me entiendo muy bien con mi madre. A pesar de que debo puntualizar que ellos se sentían, estar viviendo en El Salvador, y yo por mi parte vivía mi nueva realidad.. Este choque o la forma de ver la vida, nos ayudó a ambos a entendernos y aceptar nuestra propia realidad” El vapor del té se evaporaba y su fragancia a flores cubría el entorno de Karla. “En el colegio o en la calle he encontrado con muchos jóvenes de otras nacionalidades que no pueden tener novios o novias de otros países a no ser que sea de su propio país y es muy difícil, por que no se encuentran bastante como para poder elegir y no se atreven a decir en su familia lo que acarrea conflictos muy serios”
“Yo elegí la carrera de Baile, yo quería ser bailarina. Me gustaba el arte, la creatividad. Esos tiempos tenía que entrenar dos tres veces al día en la escuela para después tomar clases privadas en la noche y los fines de semana entrenábamos las producciones que íbamos a presentar. Aprendí a tener una disciplina muy básica que aún la tengo”.

J.H.R: ¿Cual ha sido tu relación con tu país, El Salvador?
La guerra termina en el 92 y yo salí del bachillerato el 96 . Antes del 92 era como si no se podía regresar. No existía la idea del retorno. Mi ambiente estaba acá en Suecia, crecí acá y lo acepté. Tampoco tenía relación con mis compatriotas yo lo sentía que en ellos había mucho machismo. Yo crecí con tres varones y desde muy pequeña veía yo, una desigualdad inmensa. La mujer siempre tenía que ser la sirvienta del hombre y yo como hermana a pesar de la edad tenía que ser sirvienta de ellos. Todo eso lo sentí muy injusto . Habían reglas culturales que se les permitían al hombre pero no así a la mujer. En la sociedad salvadoreña lo veía que ellos veían a la mujer como un objeto sexual. Yo no voy hacer sirvienta de nadie y nunca lo voy hacer.

J.H. R: ¿Tienes añoranza al El Salvador?
Esta en mi dos cosas, una es la añoranza a El Salvador , diciendo, Hay yo voy ha volver a mi país. Pero en la practica no funciona y la persona que regresó a El Salvador, fui yo y no así mis padres y es por que yo quería, estaba en la universidad, estaba sacando mi tesis y yo quería saber sobre mi país, quería vincularlo con mis estudios. Yo soy una persona que hace y no se deja llevar por lo que se dice. A la vez veía como una frustración al no entrar en la sociedad sueca, claro que yo lo podía comprender. Hay un sentimiento interno y no funciona con la realidad que una vive.

J.H.R: ¿Cual es tu profesión?
Yo estudié Relaciones Internacionales y ahí podría decir que me he imaginado de la sociedad sueca. Yo escogí esta carrera por que yo no quiero vivir en Suecia sino en el extranjero. Suecia tiene muchas cosas positivas pero también las tiene negativas.

J.H.R: ¿Qué es política para ti?
Nosotros somos Refugiados Políticos. Siempre estuvo en la familia la discusión sobre la relación de individuos y sociedad ¿Cómo una puede trabajar en la sociedad donde una vive? Esta para cambiarla o mejorarla, también sobre la justicia social siempre la tuve desde pequeña. Todo esto no era conflictivo sino una cosa natural entrar en la política. A los 15 años me involucre a la juventud de la social democracia, pero yo sentí que no se nos tomaba en cuenta, nuestra única tarea era hacer radio. También tenía vinculos con la “izquierda” (vänster), también me sentía rara cuando entre a esa organización pero cuando llegue a la universidad estudié una materia que se llama “humanidad y ecología” ahí es donde sentí la necesidad de entrar a discutir esta relación entre la sociedad y el medio ambiente. El profesor era muy bueno e inspiraba e invitaba a su materia.

Me involucré al Partido del Medio Ambiente, era un partido con una base importante, bueno era la imagen interna pero de ahí a la practica y con la experiencia vi que no era así. Pertenecí 10 años. Se tomaba muy en cuenta a los jóvenes. En los congresos los jóvenes eran los más fuertes.

J.H.R: ¿Cual es tu experiencia siendo miembra del partido del medio Ambiente?
Yo entré cuando el Partido estaba apoyando al gobierno de la Social Democracia. Se tenía una discusión ¿Cómo va ser? ¿Cómo se va hacer? Sobre la cooperación con el gobierno la discusión era llevada por las dos generaciones. El porta voz del partido, el manifestaba que él no quería estar en el gobierno y que si llegaba al gobierno iba a perder el Partido su independencia. Otros querían ser gobierno, así tenían mucho más que decir.

J.H.R: ¿Cual ha sido tu experiencia como mujer ahí dentro del partido?
Desde joven he visto una discriminación a la mujer, en El Salvador, acá y en el mundo. En el partido pude manifestarme, dónde estaba la discriminación, he ganado respeto, por la forma que yo hablaba, las suecas de edad no se atrevía a pronunciarse y veían en mi una alternativa y me usaban de alguna forma. Aprendí mucho de ellas. Era joven, emigrante y con estas dos herramientas podía decir que las mujeres suecas no se atrevían. Gané bastante estatus.

J.H.R: Cual era el tema que manejabas?
El tema de la mujer, la discriminación , la paz, el inmigrante, los jóvenes pero me he decepcionado. Todo ha sido un proceso. Cuando yo entre la base tenía más que decir y con el tiempo mucha gente abandonó y quedaron los pragmáticos que la mayoría no tiene ninguna ideología verde no tiene noción del medio ambiente, para muchos ha sido más importante llegar a la posición de ministro que la sociedad y los cambios. Ahora no hay un programa concreto. Y se ve en la realidad que existen otros partidos que sí están mucho más involucrados en la lucha por el Medio Ambiente que el partido del Medio Ambiente, esto me sorprendió.

Mi relación con las mujeres de los otros partidos era super bien. Existía un apoyo. Abandonando el partido, me decepcione tanto del juego político , por que yo creí que era mucho más honesto lamentablemente estando allí una debe ser bastante deshonesta y ya dije no. Primero soy yo, es decir yo no me quería perder como persona.

J.H.R: ¿Porqué la población sueca no sale a las calles en manifestaciones de protesta contra las injusticias?
Es un problema cultural, el sueco, se hace el sueco, Ellos están bastante consiente de los conflictos de la problemática del país , por ejemplo los ancianos están muy mal, la salud, muchos países latino americanos tienen mejor servicio de salud. Existe bastante burocracia, a pesar que los suecos pagan bastante impuesto, todo es parte de su cultura, no pelear, poner los problemas debajo de la alfombra. El conflicto es un tabú. En Suecia existen cambios graduales, talves me puedan criticar, pero ahora que la Alianza se encuentra en el poder, fue como un gran cambio para Suecia, por que la Social Democracia había tenido el poder más de 73 años, muchos suecos ahora no están conformes con la nueva situación. Uno de los problemas acá es la burocracia. La sociedad no es tan dinámica a causa de las diferentes reglas que la impiden.

Hay una furia interna de la sociedad sueca pero no se atreve a mostrar.

J.H:R: ¿Cómo se siente la presencia del extranjero en el parlamento?
Yo me sentía por ejemplo como un “alibi” por necesidad pero esta persona debe pensar y actuar como nosotros”. Muchos de los jóvenes extranjeros han tenido que comprometer su cultura y es muy trágico.

J.H.R: ¿Es necesario la existencia de otro partido político para cambiar Suecia?
No. El parlamento es una institución que surgió en 1700 y su mentalidad ahí vive en esa época. La sociedad sueca ha cambiado pero el parlamento no. Los cambios se realizan calladamente sin levantar mucho polvo , pero hay que destacar que estos cambios no vienen de los políticos sino de la gente. La existencia de “nuevos” partidos es parte de la democracia, y los que se encuentran en el parlamento, los discursos de estos se amoldan a estas nuevas apariciones y nada más. Solo en los discursos puesto que sus actos van ha ser como siempre lo fue.

J.H.R: Un mensaje a la mujer
Que mantenga su auto estima, no sólo a la mujer sino también al emigrante. No dejarse bajonear esto va ocurrir siempre pero teniendo y valorando su auto estima podrá salir adelante.

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