domingo, 27 de diciembre de 2015

Norah Zapata-Prill, escritora boliviana que vive en Suiza

NORAH ZAPATA-PRILL, ESCRITORA BOLIVIANA QUE VIVE EN SUIZA
“El poeta y el demente revelan nuestras zonas oscuras”
Zapata fue galardonada con el Premio Ana Frank (Italia) por su labor en la Fundación Donatella Mauri, que tiene a su cargo un hospital psicogeriátrico. Domingo, 27 de diciembre de 2015

Carla Hannover  / La Paz

" La poesía me ha  ayudado a vivir. La poesía es la medicina del alma”, así define  a su arte  Norah Zapata-Prill. La  poeta y escritora cochabambina  fue galardonada hace unos días, en Italia,  con el premio de los Derechos Humanos  Ana Frank.

Vive en Suiza desde 1976 y ello no ha hecho que  olvide a su tierra. El guaguay, término del quechua, la lengua de sus ancestros, que  quiere decir niñito o niñita, está  presente en su vocabulario. Y, aunque no lo practique, "el quechua es una lengua que me reconcilia con lo mío”, dice la poeta, quien se dio un tiempo para responder las preguntas enviadas por Página Siete.  

¿Cómo recibió  la noticia del reconocimiento que le hicieron con el Premio de los  Derechos Humanos Ana Frank?
Con sorpresa y alegría. Sorprendida estuve porque en diversas actividades en colegios y  universidades a través de mi poesía y de mi empeño  en divulgar mis experiencias en el dominio de la  psicogeriatría (en el sur de Italia)  nada me hizo presagiar una tal recompensa.

¿Cómo llegó a ser parte de la  Fundación Donatella Mauri y cuáles fueron las motivaciones que la han llevado a trabajar por las personas del centro psicogeriátrico?

Donatella Mauri fue quien me dio trabajo en su establecimiento médico-social LA NAZ, en 1976. Yo le enseñé el castellano. Poco a poco, gracias a ello y a mi poesía, me ascendió de mucama y jardinera a asistente de dirección.

Ese ambiente de jóvenes y ancianos dementes me intrigó, me interesó de sobremanera, pero también me dio miedo y sufrimiento. Constaté que la enfermedad mental se manifiesta sin tener en cuenta las diferencias sociales, económicas o espirituales.

Antes de morir, Donatella Mauri, me hizo prometer de ocuparme de sus viejitos y de su personal. Es así que en 1993 tomé la dirección de LA NAZ, organicé un equipo de dirección y obré para la creación de la Fundación Donatella Mauri... En síntesis, mis motivaciones han sido inspiradas por el respeto a la dignidad humana, la gratitud, la confianza que se me dio y mi fidelidad a la palabra dada.

Usted también ha dedicado su vida a las letras, ¿de qué manera su poesía sintoniza con los ancianos con los que trabaja? 
Los ancianos me han sensibilizado sobre la fragilidad de nuestra condición humana. La poesía me ha  ayudado a vivir. La poesía es la medicina del alma, la demencia permite vivir fuera del control   higiénico de la sola razón. La poesía y la demencia se manifiestan más allá de los cánones estéticos o de morales establecidas. El poeta y el demente revelan nuestras zonas oscuras,  profundas y misteriosas.

Ambos celebran la absolución: comprender que no podremos comprender todo. La correspondencia entre mis vivencias y la de los otros está basada en todo aquello que el ser reclama y clama: reconocerse en la mirada del otro y en un NO a la indiferencia.

Si bien reside en Suiza desde 1976, ¿cómo ve a Bolivia en temas de derechos humanos?
No dispongo de mucha información al respecto; pero espero que la democracia boliviana no sólo  sea ideológica, sino una realidad social en la cual nuestras tradiciones culturales no sean ajenas a las  tradiciones humanísticas del mundo. Una solidaridad comunitaria, democrática, se expresa a través  de un sentimiento de libertad y de justicia, a través de la protección del medioambiente, de la  educación y del respeto a la diversidad.

¿En qué momento comenzó a interesarse por las letras?

Fue como un enamoramiento entre la palabra y los sentimientos. Mis primeros versos se escribieron en mi pubertad. Es maravilloso descubrir que se puede confesarse a un papel, confiar en él. Es por ello que digo que la poesía me ha ayudado a vivir. Bien entendido que después de esos primeros textos se impone la exigencia, la elaboración…

¿Cómo ha influido en su obra  su permanencia en Suiza? 
Sus paisajes, sus diferentes mentalidades y culturas, el francés que tuve que aprender, han, sin duda, entrado en la alquimia personal de mi existencia. La disciplina, el orden, me han bastante transformado. Sin embargo, guardo en mi memoria emocional los paisajes nuestros, nuestros aromas. Y aunque no lo practique, el quechua es una lengua que me reconcilia con lo mío, con lo nuestro.

¿Qué es la poesía en su vida?

¡Tanto! Me recrea, me evade, me justifica, me interpela, me habla en silencio, me hace comprender, me consuela, me hace sentir que no estoy sola, respeta mi libertad cuando no la leo. En su fidelidad, me acompaña cuando camino, cuando recuerdo, cuando olvido...

¿Cuál ha sido la búsqueda incansable de su vida?

Vivir intensamente. Vivir de tal manera que el descubrimiento de los seres y de las cosas me  maraville. Nada fue fácil. Muchas cosas que me parecieron inaccesibles  las conseguí a fuerza de  fidelidad y de perseverancia. Y como no podemos tenerlo todo, tuve frustraciones y decepciones. Y sin duda, decepcioné o frustré.

HOJA DE VIDA
Biografía Nació en Cochabamba, en 1946. Poeta y profesora de Literatura y Castellano, egresada de la Normal Superior Católica de Cochabamba.
Estudios Realizó un  postgrado en Lengua y Literatura Española en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid .
Premios Ganó el primer Gran Premio Nacional Franz Tamayo en 1973 y en 1977.

FUENTE: Página Siete/ La Paz/ Bolivia.


martes, 1 de diciembre de 2015

Cueca es declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial del país

Cueca es declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial del país

• El Ministerio adelantó que 1.200 danzas fueron reconocidas a nivel nacional y se trabaja en estrategias de salvaguarda

La cueca boliviana consiste en el coqueteo del hombre a la mujer.
La cueca boliviana fue declarada ayer, a través de una ley, como Patrimonio Cultural e Inmaterial, por su diversidad en las expresiones musicales y a la salvaguarda de los valores culturales del país. Esa norma también declara Día Nacional de la Cueca Boliviana, el primer domingo de octubre de cada año.
Ayer, en Palacio de Gobierno, el presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, promulgó la Ley Nº 764/2015, declarando Patrimonio Cultural e Inmaterial a la Cueca Boliviana.
En un acto celebrado en Palacio, García Linera destacó que a través de la cueca se demuestra la integridad nacional y se expresa el colectivo de los bolivianos.
“Tenemos una infinidad de danzas, una infinidad de ritmos y somos un pueblo muy diverso en lo cultural; pero pocos ritmos, pocas letras, pocos bailes pueden trascender la región, pueden ir más allá de la comunidad y articular el espíritu, la cueca lo ha hecho”, dijo.
Afirmó que no es tiempo de debate para saber de dónde proviene la cueca, sino de valorizarla e institucionalizarla como hecho nacional. “No vamos a pelearnos de dónde vino la cueca y cuál fue el país donde hubo la primera cueca, es un debate innecesario, lo importante es que para nosotros la cueca expresa nuestra alma, en la cueca manifestamos nuestro ser colectivo, y no importa donde vayamos”, apuntó.
García indicó que, a lo largo de la historia de Bolivia, “la cueca nos ha acompañado en la Guerra del Chaco, en la muerte, en la unidad, en el encuentro”. “Lo que hace esta ley es simplemente convertir en texto lo que ya es un hecho colectivo, la cueca expresa el espíritu colectivo de los bolivianos, en la cueca los bolivianos nos sentimos únicos”, dijo.
AL RESCATE DE OTRAS DANZAS
Por su parte, el ministro de Culturas y Turismo, Marko Machicao, manifestó que la declaratoria es significativa para todo el país, debido a su importancia histórica.
“Hoy reconocemos no sólo el trabajo de gestores, de artistas de emprendedores como Willy Claure, sino de las nuevas generaciones que disfrutarán de esta danza”, dijo.
Machicao mencionó que luego de la promulgación, el Ministerio de Culturas trabajará en el plan de salvaguarda, la primera es generar el archivo histórico y continuidad histórica y luego es la celebración anual de la cueca que será en la primera semana de octubre. Dia que aún está por definirse, explicó la autoridad.
​A lo largo del territorio nacional existen más de 1.200 danzas identificadas y el reconocimiento de cada una de ellas es un trabajo que tiene que hacer el ministerio, señaló Machicao.
El maestro cochabambino, Willy Claure, agradeció al Primer Mandatario por esta promulgación y enfatizó que “su autoridad le ha dado un pañuelo blanco y limpio a la cueca boliviana”.
Hasta ahora existen 67 declaratorias de Patrimonio Cultural Inmaterial de Bolivia desde 1998 al 2014.
Expresó que es fundamental reforzar nuestras manifestaciones culturales porque constituyen nuestra identidad nacional y con los pañuelos blancos se pueden integrar, unificar frontal y horizontalmente a nuestro amado país.
Este proyecto de ley fue impulsado desde el Ministerio de Culturas y Turismo, a través de la Unidad de Patrimonio, de la Comisión de Naciones y Pueblos Indígenas Originarios campesino-cultural e Interculturalidad de la Cámara de Diputados, la Asamblea Nacional y la Asamblea Departamental de Cochabamba.
Como muestra de su agradecimiento, Willy Claure interpretó las cuecas “Cantarina” y “Cueca de la alegría”.
Para realzar la danza y el sentimiento que se expresa a través de las composiciones y canciones interpretadas por diferentes artistas nacionales, estuvieron en palacio Enriqueta Ulloa, Esther Marisol, Wilson Molina y el Grupo Sin Fronteras, José (Pepe) Murillo, Esvieta Barrios y Roberto Sahonero, además de elencos de ballets invitados.
SOBRE LA CUECA
La cueca se baila en parejas y cada bailarín lleva un pañuelo en la mano derecha. El pañuelo es un simple pretexto para que la pareja emplee el lenguaje corporal, en el cual sólo los movimientos y los ojos hablan, la mujer hace desplieges de coquetería mientras el hombre trata de provocarla y seducirla. La cueca consta de tres partes esenciales:
La introducción, la quimba y el jaleo las cuales indican el intento del hombre por conquistar a la mujer.
Entre las cuecas bolivianas más populares y de renombre podemos citar: “Viva mi patria Bolivia” del compositor orureño Apolinar Camacho, reconocida como segundo himno nacional, “Huérfana Virginia” del compositor chuquisaqueño Simeón Roncal, “La Caraqueña” del compositor tarijeño Nilo Soruco y “El regreso” de la poetisa chuquisaqueña Matilde Casazola.
El vestuario según el tipo de cueca representada; es decir, la mujer viste de Chola chuquisaqueña o potosina usando una pollera relativamente larga y botas, mientras que en Cochabamba y Tarija las polleras son más cortas y la chaqueña utiliza un falda larga floreada.
La cueca chuquisaqueña, de un carácter “valseado”, la disposición en filas entre damas y caballeros, el rigor de los tiempos, la mirada altiva, el atuendo de rigor y taco alto, la pollera plisada debajo de las rodillas, la blusa bordada adornada de volados, la mantilla de seda y el pañuelo blanco, son algunos de los detalles que componen la expresión más antigua y mejor preservada hasta nuestros días de las danzas coloniales de salón de la vieja ciudad de La Plata, actual ciudad de Sucre.
La cueca potosina, que combina partes tristes con alegres, y es bailada muy elegantemente, aunque con atuendos distintos de la chuquisaqueña, por ejemplo la pollera plisada es más larga y no usa el taco alto.
La cueca paceña y la cueca orureña, estas son similares en su estructura: ambas tienen modos menores melancólicos, son bailadas en fiestas, chicherías y acontecimientos como “presteríos” y otros.
La cueca cochabambina tiene características más populares y sencillas.
La cueca tarijeña y la cueca chaqueña, estas son más saltadas y coquetas, en especial la chaqueña, que se caracteriza por su gallardía.
La cueca en la Guerra del Chaco, “´lo que se escuchan son algunas cuecas memorables como Destacamento 111, Infierno Verde. Se escuchaban también las cacharpayas”, explica Jenny Cárdenas¨, quien recopiló más de 120 partituras de obras musicales de los siglos XIX y XX.
FUENTE: EL DIARIO - La Paz - Bolivia.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Un poeta de zombies y narcocholas

Ed. Impresa Algo de la producción literaria que desarrollan algunos de los bolivianos radicados en Suecia, el caso de Yarko Rhea Salazar, quien vive en Gotemburgo desde 1981 y trabaja en la Casa de la Cultura de Hammarkullen

Suecia: Un poeta de zombies y narcocholas

Por Los Tiempos | - Usuario - 21/11/2015

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Desde la izq. los poetas bolivianos José Romero, Yarko Rhea y el escritor Carlos De- cker-Molina, en una foto reciente tomada en Suecia, donde ellos radican. - Los Tiempos  | Usuario
Desde la izq. los poetas bolivianos José Romero, Yarko Rhea y el escritor Carlos De- cker-Molina, en una foto reciente tomada en Suecia, donde ellos radican. - Los Tiempos | Usuario
Las noches literarias nunca me gustaron porque, sin ser fútbol, son una oculta competencia entre poetas, poetastros, poetazos y poetitas. Pero, si me invitan no me niego aunque no voy a recitar poemas porque no los sé escribir, a pesar de que se me deslizaron unos obvios en una novela que, esa noche literaria, era la invitada especial.
Ni loco para leer esos versos de la novela que estaban escritos por uno de mis personajes principales, y están escritos para el argumento de la obra, por eso preferí escuchar:
Había calidez en todos. Jeannette Montoya susurró: “Ella es tu sal, tu sudor, tu humo.
Ella otorga / ella ofrece / ella reclama / deséala en silencio…”
Pero la noche para mí fue la de los micropoemas sicarios:
“¿Y si te asesino de una vez? me dijo y levantó el brazo dejándolo caer sobre mi pecho como un sable impulsado por un meteoro. Mi corazón se ruborizó (se hizo un chuño) al verse desnudo, y todo en mi cuerpo abierto se puso colorado: Los machos no lloran, me dijo. Afuera un coyote desollaba a una oveja negra”.
Me impresionó Yarko Rhea Salazar que fue leyendo su trabajo con una voz adecuada a esa noche de primeros fríos otoñales en un suburbio de Gotemburgo.
“Lucha como un huracán la narcochola cachascán, y fascinada está que su pretendiente sicario riegue el asfalto que lleva a su palacio, con cuencos portando los ojos de su adversario”.
¿Es poesía o…? Le pregunté en la primera oportunidad que tuve, y Yarko Rhea con la misma voz punk me dijo: ¿El género?, diría que es algo así como prosa poética. Pero, no son piezas sueltas como parecen sino más bien son parte de una crónica grande lanzada al disimulo y en microfascículos.
¿Y, tú intención de escritor…? Simplemente transmitir realidades no siempre convencionales como la poesía que escuchaste a mis colegas.
Yarko tiene más, tal vez la que está más cerca de la poesía convencional es:
“Tengo alas de Thaparanku
Enhebradas con polvo de antimemoria.
Soy amistad de quietud y la parálisis
Enemigo acérrimo del viento,
De la llama que escupe
Del agua que pica
Y las corrientes alisias.
Mi existencia es efímera
Basta un aire de tu boca
Para incendiarme
Desnacer
Y estrellarme
Contra el infarto…”
Yarko vive en Gotemburgo desde 1981, trabaja en la Casa de la Cultura de Hammarkullen a cargo de proyectos con niños en edad escolar, es una barriada con muchos inmigrantes y refugiados de los cuatro puntos cardinales.
¿Qué enseñas? Enseño a construir relatos visuales basados en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Pero, Yarko tiene una de zombis que me dejaron un sabor a cosa nueva, ¿será que por mi edad no leo la escritura de los jóvenes?
“Me acaricia el torso, mete su mano obscena bajo mi bragueta y me arrastra hacia el fondo de la tierra donde todavía arden y se disuelven en terminators. Hacemos el desamor en las concavidades, me arranca la piel, los ojos y tira la médula espinal a las paredes. Le digo bajito estoy jodido en tu mundo, no podré despertar más en el vientre de la que será mi madre ochocientos años después. No importa waway, es un respiro para los dioses y nada para tus creadores… se ríe a carcajadas y se traga ávida mi corazón y luego las tripas”.
Yarko ha escrito dos libros, está preparando su tercero con zombis, sicarios, bestias y meteoritos, “como la vida misma…”, me dice.
El joven poeta estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de La Paz, y en la Escuela de Escultura de Hovedskou de Gotemburgo (Suecia). Tiene una excelente vena de documentalista porque también ha estudiado filmación en la misma escuela sueca.
Me dio la mano y yo me fui con su narcochola y sus zombis. No me quedaba más remedio “que sumarme al periplo inexorable del vómito de fuego”.

(*) El autor es escritor boliviano radicado en Suecia.
FUENTE: Los Tiempos /Cochabamba/ Bolivia
Todos los poetas agradecemos al "escritor boliviano" 2015