martes, 30 de junio de 2009

La mujer latinoamericana en Suecia

La humanidad ha tratado siempre de alguna manera ocultar la presencia de la mujer en la sociedad, muy a pesar de que ella pisó muy fuerte, buscando en toda la historia resaltar su presencia con mucho orgullo. Esta presencia dejó huellas muy profundas; Su constancia, esa perseverancia de que los suyos se superen y salgan profesionales. Luchó en las trincheras junto a los suyos para defender la patria, no cabizbaja sino con la frente altiva. La migración no fué nunca un obstáculo para seguir cumpliendo su papel. El patriarcado del nuevo siglo quizo ensombrecer su presencia, tampoco lo consiguió.

Hoy presentamos a Maria Teresa, quien nos llevará a recorrer un poco por la senda que ella recorrió.




Wara: Maria Teresa, ¿Cuando llegó Ud a Suecia?
M.T: Yo llegué a fines de los años 70, después de recibir un sello rojo en mi pasaporte, durante la dictadura militar de Banzer.Mis estudios de Economía y Auditoría, que cursaba en la universidad de San Andrés de la ciudad de La Paz- Bolivia, se vieron truncados con una pronta y obligada salida al exterior.


Wara: ¿Sale Ud. Sola o con la familia?
M.T: No, yo tenía 19 años y recien casada, yo vine sólo con mi esposo, aún no tenía hijos. Me explico, El año de matrimonio que estaba en mi haber, también se vió truncado, por la separación forzosa de mi compañero, por destinos diferentes, el salió al exilio a Suecia y yo a Inglaterra. Pero después de un largo año y medio de separación volvimos a reencontrarnos en Gotemburgo. Los años fueron pasando y con ellos llegaron los hijos.

Wara: ¿Que le pareció a un principio Suecia?
M.T: M.m.m. Amigable, fria, pero yo tenía muchas ganas y posibidades de superarme, muchos caminos. Acá pude retomar mis estudios; “esta vez, estudiaría carreras cortas”, estudié en la Universidad de Gotemburgo, tomé la carrera de Programación y Sistematización, luego tuve varios trabajos, entre los cuales pudiera resaltar ,Chalmers y Reko Hyr Data.


Wara: Al abandonar su tierra a los 19 años ¿Que le pareció el nuevo mundo que se rendía ante sus piés?
M.T: Perfecto, abierto, lleno de colores, lleno de posibilidades; nunca había salido tan lejos. Pero como dije anteriormente, llegué primero a Inglaterra o sea que la primera impresión que tuve fué de Inglaterra y fué bastante linda, especialmente ver gente de diferentes países, por primera vez.

Wara: ¿Cuales han sido las causa de haber llegado a estas tierras tan lejanas?

M.T: Era una estudiante revoltosa, junto con mi esposo éramos bastantes revoltosos, los dos estudiábamos en la Universidad y estábamos en bastantes lugares, era la época del Che Guevara, del Dictador Banzer y de Barrientos la sangre nos herbía. Esa fué la razón por la que recibimos el sello rojo, en el pasaporte y tuvimos que salir.




Wara: De todas maneras, las perspectivas acá en Suecia se le abrieron ¿Qué es lo que realiza en primer lugar?
M.T: Más que todo lo primero era tratar de vivir, sin esa angustia de mirar hacia atrás y ver la tierra (añorada) todo el tiempo. Ese vivir el día pensando en hacer lo mejor, para tratar de pasarlo y tratar de llegar a superar metas, todo el tiempo. Hacerse una meta y lograrla y después proyectar otra. Es así cómo va pasando la vida, es así cómo se llega a la felicidad.


Wara: ¿Su primera experiencia de trabajo?
M.T: En realidad comencé desde muy abajo, empecé limpiando pisos, cuidando viejitos, ayudando a alumnos discapacitados en los colegios, ensenando el Idioma Castellano como profesora, traductora, después estudié. Logre ya entrar a trabajo ya de oficinas, como secretaria, programadora,sistematizadora. Fuí escalando puntos poco a poco.
Pasó el tiempo y consideré que me gustaría cambiar, elegí el Sistema de Transporte en Tranvías de la ciudad de gotemburgo, logrando conducir tranvías, muy a pesar de mi estatura. Luego de nuevas metas, esta vez me hervía nuevamente la sangre por un Proyecto, el de ser Empresaria Privada y logré registrar mi primera Empresa Privada legalmente, al lado de un buen amigo sueco con muchas ganas y muchos sueños por delante, las ganas de exportar marcas de camiones como Volvo y Scania, conocidas por su calidad sueca. Todo este trabajo estaba sobre la base y las ansias de retornar a nuestro país, Bolivia. Al poco tiempo unimos a nuestra empresa dos nuevos accionistas, amigos de la familia, con los cuales logramos emplear bajo nuestra tutela a uno más, con el fin de ampliar nuestro radio de alcance, en la ayuda de compra de maquinaria y transporte hacia nuestro país.




Wara: ¿Crée Ud. Haber logrado o satisfecho sus propias necesidades y haber aportado al país?
M.T: Totalmente. A principios de los 90, después de diluida la Sociedad; cambio mi pensamiento y junto a mi esposo logro tomar el deseo muy largamente ansiado de él, regreso a la patria; ya que se mostraba un proceso de democratización, que requería de nuevas aperturas en el mundo de los negocios.
Pensamos juntar nuestros ideales en una fórmula perfecta de bienestar económico y ayuda de trabajo a nuestra gente. Mi esposo, en los años que pasamos en Suecia, logró acumular experiencia en el trabajo, en maquinaria industrial de talleres. La idéa de invertir el poco capital que logramos reunir, en dos maquinarias industriales, las que enviaríamos a Bolivia, por supuesto, arriesgando todo. Dejamos atrás casa y bienestar en Suecia a cambio de un destino inseguro, pero lleno de esperanzas y luz, en nuestra patria, Bolivia.
Nuestros hijos tuvieron que aceptar nuestra decisión y poner el codo al trasladarse y dejar todo atrás.

Durante 15 años luchamos con nuestra pequeña empresa, ayudando a la superación de nuestros empleados. Se implementó la importación, primero de maquinaria industrial para talleres chicos, luego camiones , le siguieron importación de tractores agrícolas, maquinaria para entregar a talleres completos “llave en mano”, maquinaria para minería, esto significaba un trabajo árduo de viajes entre Bolivia, Suecia, Alemania, Dinamarca, y Noruega. Esto significaba abrir nuevos contactos, captar nuevos conocimientos sobre maquinaria específica, que solicitaban cada uno de los nuevos clientes, nuestro moto: “Calidad y Seguridad Sueca”

Nos preocupamos sobre todo de capacitar a nuestro personal, para que ellos puedan luchar contra la pobreza y a favor del país; tratar de enseñarles desde lo más insignificante hasta lo más grande, que habíamos aprendido acá en Suecia, ese es el aporte que buscábamos y que creo que lo logramos durante los 15 años, a pesar de haber sufrido tremendamente.

Al mismo tiempo mi esposo en Bolivia se dedicaba en nuestro pequeño taller, en la ciudad de La Paz, a enseñar o capacitar a nuestros empleados en la construcción de nuevas herramientas , accesorios y lograr nuevas reparaciones dentro ya de la Industria boliviana, nuestros clientes fueron creciendo a tal grado que inclusive empresas importantes como la Cervecería Boliviana Nacional y la Administradora de Aereopuertos nos pedían que trabajemos con el mantenimiento y servicio a sus maquinarias.

Pudimos, es mi opinión y estoy muy orgullosa de haber logrado esta hermosa etapa,cumplir nuestro sueño de que ellos pudiesen construir sus propios talleres, ya independientes. Y también logramos abrir una fábrica de muebles de metal y madera. La producción aumentó y pudimos equipar oficinas de las universidades privadas, de las empresas chicas y grandes con estantes, roperos y escritorios con una linea suave y moderna.

A la vez nuestros hijos se fueron educando y mi hijo mayor, logró terminar sus estudios de Arquitectura y con ello un nuevo proyecto tomó relevancia, “ un prototipo de vivienda” que se lo desarrolló en nuestros locales , bajamos la producción de muebles del 50% para dar lugar a su desarrollo.
La terrible noticia, de la enfermedad de mi esposo, nos hizo pensar y tomar desiciones drásticas, lo importante era salvar su vida y volvimos a Suecia en el espacio de tres días, nuevamente dejar absolutamente todo, lo material y entre otras cosas el estudio de mi hija en la Universidad Católica, ella ya cursaba la mitad de su carrera. Tuvimos que regresar a nuestra segunda patria, Suecia.

Regresamos esta vez, cinco, acompañados de mi nieta, hija de mi hijo mayor, y bueno... a visitar médicos y lograr las operaciones necesarias y medicación. Nuevamente empezar de cero, sin trabajo, sin dinero, sin un lugar donde vivir,... recibimos la ayuda de nuestros mejores amigos, una pareja boliviana, la familia Castro, que incondicionalmente nos brindó techo y ayuda para volver aempezar. Al cabo de un mes conseguimos un departamento, super chico, para vivir cinco personas y dimos gracias a Dios por volvernos a dar oportunidades de vida.




Wara: Volviendo de Bolivia y su rica experiencia. Usted como empresaria ¿Cual es la experiencia que vivió?
M.T: En primer lugar, yo, me vine acá,(Suecia) muy joven, tenía que aprender la psicología del pueblo boliviano, de nuestra gente boliviana. Para dar un ejemplo el echo de manejarme siempre yo, como mujer, detrás de mi esposo que era la imagen del hombre, para firmar contratos de venta o para poder firmar un trabajo que se iba a realizar; porque generalmente nuestro pueblo confía más en el esposo, es decir en el hombre de la familia y la mujer se tiene que quedar atrás tratando de apoyarlo en toda instancia; es por eso que, dividimos nuestro trabajo . El se quedó “abajo” tratando de reparar máquinas, ayudando a nuestros empleados y yo salíiendo al exterior adquiriendo máquinas y demás que eran necesarias en nuestra tierra y trasladandolas como importación a Bolivia.

Wara: ¿Y la lucha contra la burocracia?
M.T: Totalmente, yo llegué a Bolivia con esa manera inocente de ser totalmente legal en Bolivia,con lo primero que me choqué fué, con las coimas, la falta de cumplimiento en el horario pero poco a poco me fuí conformando , me fuí adaptando y poco a poco ingrese al sistema. Se fué arreglando todo.

Wara: ¿Que es lo que le brinda Ud. A su familia?
M.T: Tengo dos hijos, y lo que he logrado ha sido algo maravilloso. En Suecia logré, que cursaran los primeros anos de estudio, que sentaran una base buena y luego cuando mi hijo cumplio 14 años ví el riesgo que el deje de estudiar. Entonces decidí llevarmelo junto con mi hija sin lugar a reclamos. Logré que mis hijos estudiaran,y acaben estudios a la vez que nosotros abríamos nuevos campos de negocio hasta que llegó la hora de volver a este país nuevamente.

Wara: Hablando de volver a este país Esta es la tercera etapa, quizás, ¿Ud como mujer cómo la ve esta nueva etapa, que ha empezado a vivir?
M.T: No pensábamos regresar en ningún momento, a Suecia. Hace tres años, no se nos pasaba por la mente esa idea , por que teníamos muchas más metas que cumplir en Bolivia, pero la enfermedad de mi esposo hizo que replantearamos todo. En mi puesto de mujer me siento bien acá y por supuesto, tenía que seguir viviendo por lo tanto me puse a buscar trabajo.
Ya mi esposo recuperado, él tantea la realidad de un corto tiempo de vida y decide volver a Bolivia para poder poner el codo, junto a sus “muchachos” para no cerrar la fuente de ingresos de 9 familias bolivianas, que son los más allegados a nuestro entorno y yo, como ya me siento sin fuerzas para retomar la lucha en mi tierra... pongo un pero, me quedo en la retaguardia aunque la edad este en contra, la riqueza de conocimientos no me abandona, salgo al mercado de trabajo, y busco algo que me permita continuar sintiendome viva, un trabajo.
A pesar de encontrarnos en una coyuntura baja y una falta de trabajo para todo el mundo, tuve la suerte de encontrar, no sólo un trabajo sinó dos, actualmente estoy trabajando en la Comuna de Gotemburgo en Västtrafik y en la Comuna de Bergsjö.



Tengo horarios incómodos, tuve que capacitarme nuevamente en boletería y en computación, además de demostrar mis conocimientos de inglés, ya empolvados por el tiempo, tengo muchas cosas en contra, la edad, la disminución en la capacidad ocular y auditiva y muchos peros más... pero poseo un plus más grande , el de querer seguir viviendo, siendo util a la sociedad. Con esto quiero decir que mi segunda patria me brindó nuevamente esta segunda oportunidad, y ver que sigo viva.

Ingreso a trabajar con todas las ganas de ayudar, con un nuevo respirar y una nueva visión; con ese hecho de encontrar nuevamente caras conocidas de gente que es tan nuestra y que necesita de información. Encuentro un lugar ideal para poder seguir con ese contacto de prestación humana que significa estar en la Estación de Información, de uno de los lugares más conocidos de Gotemburgo, por su alto porcentaje de población extranjera, el renombrado HAMARKULLEN. Lugar donde muchos ciudadanos suecos apenas pueden pensar pasar por allí, donde por su fama mal adquirida, pocos policías y personal estatal se atreven a visitarlo.

Sin embargo para mi significa un remanso de tranquilidad, donde el respeto a una persona adulta, como yo, es sobreentendida, jóvenes que en otras ocasiones y que viendose quizás frente a otros se comportarían violentos, me dan un saludo de respeto y agradecen la información que se les pueda conceder, gente de diferentes nacionalidades que al no poderse expresar, en su idioma,agradecen el hecho de recibir información con paciencia , en diferentes maneras, incluida la de las señas y señales.

Veo pasar mis dias con una alegría de poder ayudar tanto a mi patria, como a la patria que me dió albergue y no se si sentirme más boliviana, que sueca. En realidad me siento una ciudadana del mundo.

Wara: ¿Cual sería el mensaje de mujer a la mujer?
M.T: Las mujeres no tenemos que pensar hacia atrás. Esa dolencia que tenemos mirando hacia atrás, es terrible. Nosotras tenemos quie pensar en nuestra superación y tratar de vivir intensamente.

La mayoría de las mujeres bolivianas acá son muy aguerridas, tienen trabajos muy lindos, han logrado muchas cosas, pero llevan una tristeza muy tremenda de añorar su tierra. Yo pienso que no deberían analizar tanto el regreso, deberían de tratar de vivir, como se vive acá, sin anoranzas que el destino es el mejor hechicero.