sábado, 3 de mayo de 2014

Roberto Calasich y el cine boliviano

Roberto Calasich y el Cine Boliviano.

Muy buenas tardes estimados amigos de Suecia, cómo les va? Aquí, (en La Paz- Bolivia), con un sol radiante, como el invierno paceño es todo el año, nosotros estamos contentitos de que haya legado un sol.

JHR: Realmente es una sorpresa y una alegría de tenerlo a Ud. A través de nuestros micrófonos de Radio 19 de abril, acá en Hammarkulle, Gotemburgo, Suecia. Quien es Roberto Calasich?
Mi persona es un realizador de películas, de series bolivianas, como ”La Bicicleta de los Huanca”, ”El Faustino Mayta”, ”La sirena del Lago” o ”Ores y canciones” y pues hace 25 años que me dedico a tratar de alegrar a traves de una sonrisa la cara de los bolivianos.

Ud, como cineasta ha hecho un cambio dentro de la temática boliviana, de la forma tradicional de hacer cine. Que es lo que ha impulsado ha realizar estos cambios y donde nace esa inspiración?
Bueno básicamente le cuento el secreto, a mí me encantan las películas de Steven Spilberg, o sea el cine americano, donde todo es acción y yo cuando estaba viendo el ”extraterrestre” (ET), porqué no, una cholita va hacer la protagonista del encuentro con un extraterrestre?, porqué no vamos a poder llevar al campo, la risa, esa manera de contar, esa manera de narrar las historias?; en las que suceden cosas tan divertidas, si la gente se divierte durante dos horas, se olvida de sus problemas: Ese ha sido mi afán. El copiar la narrativa americana con nuestra cultura. Esa ha sido la, digamos, gotita extra, que yo he puesto, para aumentarlo su signo nacional.

JHR: Lo hace siempre de una forma humorística? Porqué en ese estilo?
Bueno, generalmente he hecho comedias, pero también he hecho como ”Viajes a ninguna parte” que se trata de alguna manera lo que ha pasado el 52. Me gusta el tomar nuestra realidad nacional; dotarles de alguna chispa, de algún momento divertido, entretenido.

Yo vengo de una familia donde hacemos chistes de todo, se muere alguien, nos ponemos a reir, porque obviamente estamos muy contentos porque esa persona, ya pasó a una vida mejor; entonces somos unas personas que tenemos la sonrisa a flor de piel y de alguna manera queremos retratar en el cine que hacemos.

JHR: El público. Cómo ha logrado asimilar o lo ha tomado el público. Esa ilusión de ir al cine a reír, no en la forma cuando se proyecta cine cómico. Cuál ha sido su recibimiento del público paceño y boliviano?
Le cuento, que gusta, Nosotros teníamos nuestros reparos, porque obviamente al boliviano le gusta mucho llorar, mucho quejarse, le gusta mucho pesar, mucho sufrir y hacerse la víctima; entonces, cuando sacamos ”La bicicleta de los Huanca”, que fué la película de este estilo; la gente respondió muy bien. Hace 20 años que hemos sacado esta película y en Pucarani, me han nombrado, ”Hijo Predilecto”, que es el pueblito donde filme, aquí en la provincia de Los Andes.

Toda la gente sigue viendo la película, porque todas las series que tenemos las distribuimos por canales de televisión y la sigue viendo y le gusta por que justamente contradice lo que normalmente en nuestro cine nosotros hemos planteado, que somos los sufridos, somos los pobrecitos y demás.
Yo quiero, de alguna manera con mi cine hacer que los bolivianos, que con las condiciones que las tenemos podemos ser triunfadores, podemos ser ganadores y un ganador se ríe, comenzando por reirse de si mismo. Este es el objetivo, reirse de uno mismo y ver que el ser humano vive muy poco y hay que tratar de pasarlo bien y que hay que sobrellevar los problemas que uno tiene y tener mucha fé en Dios. 


JHR: La respuesta ha sido más dentro de la juventud, las nuevas generaciones o es que ha sido la generación vieja, la que respondió?
Si, mire, imagínate mi amigo José, allá 25 años, dos tres generaciones que ve las películas, se divierte, se ríe; por que en el fondo, cada ser humano guarda dentro de si mismo, un pequeño niño, que le gusta ser travieso, que le gusta ser irresponsable, que le gusta, obviamente, mandarse un chiste o hacer una proposición indecente. Entonces cuando uno va al cine se libera de sus cosas y yo justamente es lo que planteo. Le planteo volver a ser niño, volver a reirnos, volver a abrirnos a la vida de una manera sencilla y natural.

JHR: Cuál es su opinión al cine boliviano?
Nuestro cine boliviano tiene que cambiar, tiene que transformarse un poquito, porque hay nuevas tecnologías y el cine ahora se ha vuelto barato. Pero como es barato; tiene dos problemas: Uno la piratería. Uno puede producir una película muy interesante, pero, no puede ganar dinero, por que los piratas ya las está comercializando, ya le están sacando y ahí se dilapida ahí los recursos de un productor podría hacer.

La segunda es: tenemos que abrirnos al mundo. Como todo el mundo está haciendo películas y el cine latinoamericano también tenemos que ser más imaginativos, más audaces en el cine que proponemos, no creer que ya lo sabemos todo, indagar, esforzarnos por ser más rígidos en proponer en nuestra propuesta o sea que nuestra propuesta sea mucho más inteligente, queríamos más cosas, deberíamos de usarlo o el humor o la tragedia lo que queramos.

Tenemos que concentrar más en el mensaje. Por que hoy la gente va tras del internet el DVD esta expuesto a mucho cine y quiere ver: Te compara con el cine Iraní con el cine latinoamericano, el cine americano; entonces no puedes aburrirlo, no tienes tiempo para aburrirlo. Tienes que ser muy rápido y tienes que concentrar en el mensaje y hacerlo muy bien. Ser muy creativo.


JHR: La lucha contra la piratería: Cuál sería un factor específico?
Pero mira, no hay. Nuestra gente saca y ya está. Se ha calculado que en Bolivia se genera el 50 millones de dólares por la piratería, de eso no nos llega nada a nosotros los productores. La mentalidad de la gente dice: bueno, esta película de EEUU ya gana plata nosotros qué nos importa, es un acto de rebeldía, es un acto ”revolucionario”; es decir, nosotros vamos a ganar plata, le vamos ha estafar a los gringos, pero en ese estafar a los gringos está en estafar a los realizadores nacionales también, a los productores nacionales también. Entonces nos mordemos la cola y lo que tiene uno que hacer es una política agresiva  y dura el estado para terminar con esa plaga.

Les cuento a través de nuestro amigo José Romero, queridos amigos de Suecia, que nosotros hemos hecho un contrato con los señores piratas y les vendimos 15.000 copias de la película ”La bicicleta de los Huanca” y  en 14.000 la paramos por que los señores, obviamente, comenzaron a hacer sus sucios matufias, pero obviamente ya venderles 14.000 copias a los piratas ha sido un milagro. Pero luego querer extender más allá del convenio no les gusta. No esta bien que se porten mal y que se porten bien a ellos les encanta portarse mal, es la mentalidad de nuestra gente. Entonces, obviamente, mientras no haya un Estado  que les obligue, que les metan a la cárcel a unos cuantos, siempre vamos ha tener ese lastre  y esa dificultad para realizar películas nacionales.

JHR: Ustedes han pensado, en reuniones colectivas de cineastas o artistas a trabajar con el Gobierno, a quitar estas plagas?
No pues, en el fondo lo que pasa es que al gobierno, obviamente, no le conviene pelearse con esas 5.000 personas que se dedican a la piratería, frente a 14 realizadores sus nacionales, imagínate; nosotros hacemos una manifestación  la gente se ríe, mientras los piratas salen, los 5.000 que son afiliados y los 80.000 que tienen aquí los gremiales , obviamente hacen temblar toda la ciudad. Entonces la relación es pues de 1 a 80.000. si es que no hacemos conciencia, crear una conciencia al gobierno nacional, de que la piratería es algo que debe solucionarse para empezar a desarrollar la industria de la cultura, estamos pues, muy mal. Es una traba que es muy difícil, y obviamente que por intereses políticos y mediáticos no se esta solucionando.

JHR: En el sistema de competencia. Cómo se encuentra el cine boliviano con el del internacional?
Obviamente lo que pasa es que, cuando nosotros sacamos una película. Esa está al lado de otra que tiene 100 millones de presupuesto, las nuestras tiene una 100 a 150.000 dólares, entonces obviamente que tenemos que, como les decía anteriormente, ser mucho más creativos, ser mucho más propositivos y tener alguito extra, compensar la tecnología, efectos especiales con nuestra manera de contar y concentrar nuestra gente, nuestra cultura, esa tiene que ser nuestro punto de apoyo para crear una palanca que venza esas relaciones, es decir; nuestra creatividad, nuestra cultura, nuestra chispa nacional frente al despliegue multimillonario que hace Hollywood en todo el mundo. Esa tiene que ser la estrategia. Pero bueno, sino tenemos el apoyo del gobierno, imaginense, estamos solitos navegando contra la corriente.

JHR: La relación que ustedes tienen los artistas, los extras, relación entre el director, productor etc cual es el trabajo que les relacionan y con todo esto ser competitivo ante el cine internacional?
Claro, lo que tu justamente has mencionado: Mira te cuento que, recién la anterior semana se reunió una comisión de artistas, justamente en el pueblo, donde yo voy a filmar, que se llama Pukarani, capital Provincia Los Andes, para elaborar una ley del artista, donde se exige el Estado se apoye a todo el gremio y no solo eso sino que,… mira lo que pasa con los actores, los directores y los demás, pasan los años, no tienen jubilación, no tienen apoyo y obviamente los señores viejitos han tratado de dedicarse a otro rubro, a otro negocio y lo que decíamos, un artista nace artista y por más que se dedique a otros rubros, lo que lo hace bien, lo que lo define es, el ser artista.

Entonces necesita una protección especial del Estado que obviamente, le dé los recursos, lo mime, le permita crecer en ese espacio en el que se pueda crear y ese espacio de libertad también donde crear. Tenemos la historia muy triste, como la de Van Gogh que una vez que murió recién comenzó a vender sus cuadros y ahora se han vendido cuadros en 70, 80 millones de dólares pero cuando él era joven y cuando estaba produciendo nadie le compraba sus cuadros y nadie le entendía. Ese es el drama del artista, sobre todo en nuestros países. Pero, cómo es la ironía de la vida, cuando un político o cuando un presidente quiere mostrar a su país, que hace es mostrar las obras de un artista, la película de un artista, la canción de un artista, la pintura de un artista y no se pone a pensar  que ese artista está desprotegido.

Entonces, lo que pasa el drama de Bolivia que tenemos políticos muy coyunturales, cada cuál que sube quiere utilizar el arte básicamente para su beneficio político, momentáneo; mejor le compone la canción para él, mejor si sale la fotografía de él bien grande, mejor si sale la película exactamente la vida del político. Ese campo artístico se llama propaganda y la cultura no puede remitirse solamente a la propaganda; la cultura es mucho más amplia, incluye la propaganda obviamente, es la expresión de la vida, pero, no puede remitirse tan sólo a hacer propaganda sino a crear una industria mucho más grande, una industria de la cultura.  

JHR: Y cuál es la relación con ese bajo presupuesto, con los artistas, extras u otros profesionales del cine. Cómo soluciona los sueldos?
Claro, imagínate nosotros cuando empezamos con la película: La Bicicleta de los Huanca, la hemos sacado con menos de 10.000 dólares; entonces, obviamente todos entramos sin saber cuanto  vamos ha ganar y al final de un contrato: a los protagonistas les dimos unos 250 dólares y al último que colaboró le dimos 50 dólares y no sabíamos  si íbamos o no a ganar; es decir había incluso días de rodaje donde todos, absolutamente todos nos alimentábamos de plátanos.

Ese amor al arte, esa entrega a más allá del pensar en uno mismo ha sido lo que ha determinado que hagamos grandes obras, pero mira esa relación, la Bicicleta ya tiene 20 años y poco a poco ha ido generando ingresos pero ha sido muchos meros los que ha generado la piratería a través de La bicicleta de los Huanca.

Estoy seguro que ustedes la tiene, pero no lo han comprado directamente del productor porque la vida es así y tampoco voy a recriminar a la gente que compra el DVD, todos lo hacemos pero básicamente eso genera las limitantes a los productores pero seguimos 20 años después yo sigo empezando películas con muy poco presupuesto y  tratando de ir a cubrir los gastos, con limitaciones o buscándolos. La voluntad es de seguir haciendo y de dejar constancia de nuestro tiempo y de nuestra expresión para la historia, como están quedando las obras.

JHR: Cuales son sus relaciones con los institutos del arte o cuál es la manera de reclutar artistas con las cuales ustedes van a trabajar y lograr sueños hecho realidad?
Lo que hacemos básicamente es convocar a un curso previo de actuación. Convocamos al concurso con toda la gente, con la que tenga inclinación.

Aplicamos el método de Konstantin Stalinislavski, ruso, un método que se llama el Simagen, es en el que nos basamos nosotros; las grandes productoras también lo hacen y con las herramientas que tenemos nosotros vamos a despertar la imaginación del muchacho que está empezando, la chica que quiere ser actriz, le enseñamos a utilizar la imaginación, le enseñamos a utilizar la memoria, les enseñamos a utilizar sus propias experiencias para expresar los sentimientos, pensamientos del actor.

De lo que se trata es de actuar con mucha naturalidad, en un ambiente antinatural y esto se repite muchas veces hasta que salga lo más natural posible, convincente para el espectador.

JHR: El cine que produce es regional es decir existe aún esa forma de división entre cambas y collas o es nacional?
Hí está, yo creo que todo artista quiere ser universal. Tratamos de tocar temas universales, por ejemplo cuan filmamos “la bicicleta de los Huanca”, tema de la posesión de un objeto apreciado, eso está en toda la literatura internacional, universal, ahora que lo hayamos hecho en un lugar ”exótico”, donde está el campo, las vaquitas, los nevados le dan un carácter turístico, de viaje, el cine busca siempre eso. El cine americano busca las vacaciones en Malasia, en Rio de Janeiro, y cuando vemos esas películas nos damos cuenta que no es la realidad, es la realidad trucada, es la realidad mágica que el mundo exótico que todos buscamos. Lo que nosotros lo que hacemos por el medio en que estamos nos referimos válidamente al mundo occidental.

El mundo occidental para el común es lo exótico siempre han visto la llamita, al campesino, su quena, pero nunca ha imaginado el vivir una aventura ahí adentro, un dinosaurio por ejemplo en el medio del campo con cholitas o que haya un extraterrestre y una bicicleta llena de cocaina en el cual los campesinos se disputan por ella, por que no saben lo que tiene dentro, entonces, ese es el contexto.

Nosotros nos aprovechamos de esa imagen que tiene, por que tu vas en Suecia o en Noruega o en cualquier parte del mundo, ves Bolivia y dicen ha! Es el Lago Titicaca, la cholita, no saben que gran parte del territorio, 60 % es amazónico y cuando dice hay Santa Cruz, la gente no le cree. Probablemente esos son los posecionamientos de países a nivel internacional, entonces no hay que luchar contra eso y hay que ir sumando yo cuando pienso en Suecia, pienso en VOLVO, pienso en un frío y en una chicas espectaculares y en una películas un poco subidas de tono, obviamente, es el cine sueco, esa época los años 70 hacía colorear a la gente, esos son los esquemas mentales en los cuales nosotros nos desenvolvemos.

JHR: por último, Cada artista, cada actor, productor o persona tiene una ambición, un sueño de salir siempre triunfante o por lo menos no herido de muerte. Cual es su ambición cuales son sus próximas producciones o metas que usted esta realizando en Bolivia?
Mi ambición es ganar el Oscar, así sinceramente te digo. Yo creo que cada ser humano tiene que ponerse siempre en su vida el techo más alto. Si comienzas con un techo bajo vas a llegar a muy bajo por que siempre hay una fricción; es decir, lo que tú pienses y lo que tú logras siempre hay una diferencia, entonces cada película que hago, voy a plantearme el ganar el Oscar, el premio más grande que hay dentro de la cinematografía.

Respecto a lo que estoy haciendo últimamente, estoy trabajando una película que se llama ”Ventos de guerra” sobre el tema marítimo cuyo avance se llama ”Oye Chileno”, ustedes lo pueden ver en You Tube, ya tiene más de 150.000 visitas por que obviamente ha causado mucha polémica que entre Bolivia, Chile y Perú que los bolivianos les cantemos a los chilenos, ”devuélveme el mar” en un rap.

Después de esto vamos a hacer la segunda parte de ”La bicicleta de los Huanca” y pues tengo intenciones de hacer una película allá en Suecia con una historia bien interesante sobre unos ”Los Caminos de la Vida”, que me han llegado recientemente y que estoy muy contento con esa posibilidad.

JHR: Muchas gracias por prestarnos estos preciosos momentos. Este año son las elecciones en Bolivia y van a participar los bolivianos radicados en el exterior por primera vez, para elegir al futuro presidente y vice presidente en Bolivia.
Estimados amigos, compatriotas, estimados bolivianos que están allá en Suecia un gran abrazo, no se olviden de nuestra tierra. Ahora las posibilidades tecnológicas nos permiten que estemos constantemente con nuestros seres queridos, tenemos la ilusión que estamos siempre presentes de que la experiencia que ustedes tienen son muy valoradas, para nuestra gente que está soterrada aquí en nuestro país.

Estamos siempre en nuestras montañas y tenemos muchos, muchos problemas de educación, ustedes que ya un poquito han salido, han visto cómo es un poquito de mundo, invíteles a la gente a educarse más, inviten a nuestros bolivianos a animarse a salir a progresar como ustedes lo están haciendo y también no se olviden de nuestras raíces, de nuestras tradiciones que son tan bonitas, tan divertidas y exóticas y son las que nos definen.


Apoyen a nuestros artistas, den nos una mano siempre y en el momento de votar piensen un poquito en el país que no es momentáneo es un país de 20 o 50 años y que tiene que progresar, que tiene que tener esa mente abierta, que tiene que progresar con esa experiencia y cosas nuevas que ustedes han visto allá en Suecia; el orden, el respeto a las leyes, el respeto al otro, eso que tanto nos falta en Bolivia y por lo cual ustedes han ido o han tenido que viajar tan lejos. Gracias. Hasta muy pronto.