sábado, 6 de agosto de 2016

La Generación Histórica del 2 de agosto

Las grandes celebraciones oficiales de este pasado 2 de agosto nos obligan a preguntarnos qué ha pasado. Para empezar, hemos visto a dirigentes comentar con satisfacción que ya no se habla del día del Indio, ni del Campesino, como si esas fueran nominaciones peyorativas… Pero más allá de lo que tal o cual dirigente pueda decir, vale la pena reflexionar sobre el significado de la fecha.

En la memoria de la mayoría la fecha es importante porque recuerda la Reforma Agraria del 53, pero ¿por qué se escoge el 2 de agosto para promulgar la Reforma Agraria? Porque era el aniversario de la fundación de la Escuela Ayllu de Warisata (en 1931). Y ¿por qué Avelino Siñani y Elizardo Pérez escogieron esa fecha para poner en marcha su nunca igualado proyecto educativo? Porque se recordaba la insurrección aymara de Jesús de Machaca (en 1921) contra el Estado neocolonial…

Por tanto, podemos hablar de una evolución histórica del 2 de agosto y nos encontramos que su primera significación tenía que ver con la lucha de nuestros pueblos originarios contra la república mal fundada en 1825 (y que seguimos celebrando cada 6 de agosto), un heroico y expresivo antecedente de lo que ahora llamamos Estado Plurinacional… Sólo por eso ya vale la pena rememorar esa fecha.

Con la fundación de la Escuela Ayllu el significado del 2 de agosto se complementa: la educación -entendida desde la organización de las comunidades y desde sus derechos y necesidades- debería ser el resultado principal de la rebelión y, de hecho, empezó a serlo en Warisata, hasta que la cerraron. En todo caso, ese día, conocido como Día del Indio, quedó como una fecha simbólica y digna de celebración.

Luego viene el MNR y la escoge para promulgar la Reforma Agraria, una medida que puede considerarse decisiva porque acabó con el pongueaje medieval que padecían nuestros pueblos indígenas y campesinos. Pero ya percibimos una notable degeneración de su sentido porque esa reforma (que como su nombre indica no era una revolución, que era lo que pedían los compañeros del primer sindicato agrario, el de Ukureña, y que era lo que se buscaba en Jesús de Machaca y en Warisata) incluía la propiedad individual de la tierra, o sea, una desgracia a largo plazo...

Y ahora vienen y nos cambian el sentido del 2 de agosto con el pomposo nombre de Revolución Agraria, Productiva y Comunitaria… ¿Cuál revolución? ¿Qué cambio de estructuras se ha producido en el agro? El que empezaba a producirse con la nueva Ley de Tierras y su aplicación por el viceministro Alejandro Almaraz al final quedó en nada o en algo peor, como la pausa que se le ha concedido al latifundio improductivo. ¿O alguien puede pensar que es una revolución la deforestación masiva e implacable (cambio climático incluido), acompañada del loteamiento impune de inmensas zonas productivas? O ¿será revolución la introducción de transgénicos y glifosatos? 

¿Se podría llamar revolución al hecho de que en estos momentos la mayoría de nuestros campesinos y campesinas siguen trabajando a pérdida, de manera que es difícil encontrar hijos de familias campesinas que quieran seguir labrando la tierra? ¿Alguien podrá llamar revolución al hecho de que cada año importamos una mayor proporción de alimentos, de manera que cada año -y ya van más de 10- la soberanía alimentaria está más lejos de nosotros?

¿Qué es lo que ahora celebramos el 2 de agosto? por favor. Esa "revolución” se dará cuando se acabe de verdad el latifundio, cuando disfrutemos de soberanía alimentaria real, cuando los loteadores vayan a la cárcel en lugar de pasar a ser dirigentes, cuando el precio que pagan los consumidores por los productos agrícolas beneficie a los productores y no a la creciente masa de intermediarios… Cuando los derechos de la Madre Tierra sean realmente más importantes que los derechos humanos (y que la generación de energía nuclear, y que la exportación de megavatios a costa de nuestra Amazonía) ¡Y, por supuesto, cuando el Fondioc deje de ser un antro de corrupción y se acabe la impunidad de sus verdaderos responsables!

Mientras tanto, sería más digno que el 2 de agosto celebremos la insurrección aymara de Jesús de Machaca y la fundación de la Escuela Ayllu de Warisata, incluso, la Reforma Agraria del 53, porque esos por lo menos eran hechos reales.

Rafael Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba. 

Fuente: Página Siete / La Paz / Bolivia.