domingo, 19 de febrero de 2017

“El futuro no pasa por juntuchas, frentes únicos, bolsas de gato”

“El futuro no pasa por juntuchas, frentes únicos, bolsas de gato”
Fuerza Ciudadana no quiere un Temer, ni un Macri, tampoco una MUD a la venezolana, dice Calla
·                   dDomingo, 19 de febrero de 2017

En medio de sus ajetreos y preparativos para la movilización del 21 de febrero, el colectivo Fuerza Ciudadana presentó el libro  Volver a pensar. Diez voces en clave de futuro.  Dos de sus autores, los analistas Ilya Fortún y Ricardo Calla, se dieron tiempo, además, para hablar con Página Siete sobre lo que vendrá para Bolivia después de Evo Morales. La coincidencia es que nadie quiere volver al pasado, sino construir un proyecto ciudadano alternativo. 

¿Qué es Fuerza Ciudadana?

Ilya Fortún: Es un colectivo amplio y diverso, tal como es la sociedad boliviana,  orientado hacia la reflexión y generación de ideas. Somos un grupo de activistas intelectuales políticos preocupados por el deterioro democrático y sentimos que  se están amenazando las libertades individuales y democráticas, y que eso nos llama a asumir acciones colectivas.

¿Cuántos son?

IF: Somos una veintena o treintena de personas. En el libro hemos participado 10, pero tenemos distintas tendencias.

¿Son un futuro partido político o qué?

IF: No, por supuesto que no, somos un colectivo ciudadano. La representación política hoy no está reducida a los partidos tradicionales, sino que se ha ampliado a la sociedad civil.

El Gobierno diría que todos ustedes son antiguos políticos o que están financiados por los actuales opositores. ¿Es verdad?

Ricardo Calla: En absoluto, no somos antiguos políticos, somos políticos en ejercicio, somos políticos ciudadanos no pertenecientes a partidos, no nos vamos a subordinar a las jefaturas de los partidos tradicionales, tampoco pretendemos la creación de una organización política partidaria, somos la expresión  de una cosa muy diversa con un propósito en común que es defender la democracia en nuestro país.

¿Cómo se han ido relacionando entendiendo que tienen diferentes ideologías y que  no hay una estructura partidaria...

RC: Fue una autoconvocatoria que fue establecida por un par de los miembros. Ilya (Fortún) y  Diego Ayo me llamaron, llamamos a otros y finalmente se dijo "por qué no nos juntamos y empezamos a charlar. ¿Qué hacemos con esta situación tan delicada que vive el país?”.

¿Y cómo les va en las calles? Porque la última protesta Anti-Dakar no ha sido muy visible 

IF: Nosotros no hemos participado en esa actividad, la última actividad nuestra fue las acciones que tuvimos con baldes vacíos  de agua con 8.000 personas en San Miguel y cuatro ministros acusándonos al día siguiente de haber sido los causantes de la psicosis colectiva.

¿Y reciben algún tipo de financiamiento partidario?

IF: Por supuesto que no, no hay ni relación  ni subordinación, menos aún financiamiento, somos una fuerza ciudadana.

Y, ¿están preparando algo para el 21 de febrero?   

IF: Sí, claro que sí, eso sí tiene mucho que ver con nosotros.

RC: Tras los congresos del MAS para llevar adelante la repostulación de Evo Morales a la Presidencia, se vio que era necesario apuntar a tener manifestaciones el 21 de febrero. Creo que fue un reflejo espontáneo y natural de todos los colectivos de decir ha sido una fecha en la cual por tercera vez los ciudadanos le habíamos ganado a Evo Morales: la primera fue en las elecciones judiciales, la segunda los estatutos autonómicos y la tercera fue el 21 de febrero.

No temen una confrontación porque el MAS tiene tradición de calle y porque han dicho que van a salir con todas sus bases.

 IF: No tememos nada, yo creo que los que temen son ellos, nosotros no tememos nada porque estamos absolutamente persuadidos de que ésta va a ser una fiesta pacífica de festejo  y que no va a haber ningún tipo de provocación, y que si ellos osan provocarnos o agredirnos, estarán demostrando que éste es un Gobierno que se cae a pedazos, que está podrido y no creo que lo hagan. El Gobierno amenaza para meternos miedo, para que la gente no vaya, pero no tenemos ningún miedo, al contrario, ellos sí, tienen muchísimo miedo.

¿Qué creen que surja o resulte de esta manifestación?

RC: Esperamos que se plantee en las calles el tópico específico de la defensa del voto del 21 de febrero, no hemos pensado en lo que pueda venir después. 

IF: No es un cabildo, no es una asamblea, es básicamente una movilización que terminará con una pequeña proclama donde no habrá ni discursos  ni líderes, el protagonista es y será la gente.

RC: No creemos que en algunos casos pueda haber ni asomo de confrontación. Si vienen a agredirnos, tendremos que sentarnos y aceptar cualquier golpe que se nos propine.

IF: Eso haremos, sentarnos y tomarnos de las manos.

¿Por qué han decidido hacer este libro "en clave de futuro”?

RC: Se planteó ¿qué tal si empezamos a imaginar lo que puede ser el post-evismo, lo que puede ser el país hacia adelante. Dejemos de preocuparnos sólo del pasado y empecemos a pensar   "en clave del futuro”.

IF: Hoy la preocupación parece estar demasiado centrada en términos de futuro en el "quién” y en él "cómo”, a nosotros nos preocupa y nos ocupa el "qué”, a partir de los lineamientos de lo que puede ser un nuevo proyecto del país. ¿Qué alternativa de país, que proyecto de país hay después de Evo Morales? 

¿Cuáles son estas propuestas alternativas? Porque el Gobierno claramente tiene una agenda 2025 y ¿ustedes qué ofrecen?

IF: El tema es que es un libro diverso, pero que tiene muchas cosas en común, entre ellas un rol de lo ciudadano y de lo social, una reconstitución de lo social a partir de una nueva mirada de representaciones políticas, en el campo del medio ambiente, hay también visiones muy claras en el libro en términos también de control social.

¿Una de las claves podría ser "más continuidades que rupturas”?, ¿no es una mirada desde la contrarrevolución más que desde lo que falta por hacer? ¿Cuál es el enfoque global de esta mirada del post evismo?

RC: El tema en común es el siguiente: nadie quiere volver al pasado, ni nadie piensa que la época neoliberal tenga que ser lo que deba retornar. Más bien veo que hay una confluencia de los distintos autores en una propuesta de ir hacia el futuro, recuperando todo lo que positivamente hemos hecho los bolivianos por la democracia, por la economía, por la igualdad, por la justicia, por los derechos indígenas a lo largo de las últimas cuatro décadas; en el libro se plantea muy claramente, por parte de varios autores, la necesidad  de profundizar los procesos de nacionalización de hidrocarburos,  la defensa de  los derechos indígenas, se cuestiona muy acremente el abandono y la traición por parte del MAS de la lucha por los derechos indígenas que se ha visto, por ejemplo, en el Tipnis.

IF: Y el reconocimiento de la Constitución del 2009 como un eje orientador de lo que debe ser, lo que realmente dice la Constitución, no lo que hizo el MAS.

RC: Si hay algo en común es una propuesta hacia el futuro que no quiere echar por la borda todo lo que hemos creído los bolivianos que debe hacerse en temas de justicia social y otros.

IF: Otro de los ejes que cruza transversalmente todos los textos es pensar seriamente en un modelo realmente alternativo de desarrollo que pueda salir de la condena extractivista del Gobierno, pero reafirmando que no somos políticos intelectuales dispuestos a hacer política con los ojos en la nuca, esto no es un reflujo reaccionario, ni restaurador  ni nostálgico como pasado, sino todo lo contrario.

Si no hay una total ruptura ¿no podía ser el propio MAS  reconducido, un MAS replanteado, el que pueda liderar este nuevo proceso?

RC: Creemos que no, porque el grado de penetración de la corrupción y de los apetitos más crudos de poder dentro de las estructuras de mando de este partido   es demasiado profundo.

Sin embargo, el MAS no piensa irse sin dar pelea. ¿Ustedes han explorado los escenarios de transición que vienen?

RC: Ningún "fin de historia” es sencillo, por supuesto que el final de una época histórica puede ser muy complicado. El MAS es un factor de estabilidad, como diría Choquehuanca, pero además es un factor de desgobierno; esa peculiaridad hace de este Gobierno una circunstancia muy peligrosa porque propende a la confrontación. En cambio nosotros debemos aprender a ser oposición sin tumulto,  inclusive cambiando los estilos de las movilizaciones callejeras.

IF: Lo que pasa es que el Gobierno funciona muy bien con los antagonismos que siempre se ha ocupado de generar y de exacerbar en los ciudadanos.

¿Quién es ese ciudadano al que ustedes hablan y al que representan?

RC: Nosotros creemos que hacemos parte de una ciudadanía democrática en permanente proceso de construcción y, por supuesto, no somos ingenuos, creemos que, y esto es lo grave de este gobierno del MAS, hay un intento de construcción de una ciudadanía autoritaria y entonces esto es absolutamente clave.  La violencia con la que puede responder y ha respondido el Gobierno  no va a ser contestada por nosotros desde la confrontación y desde la violencia. Planteamos una lucha de ideas.

Ustedes dicen que son ciudadanos, que no tienen financiamiento partidario ¿Podrían pedirles públicamente a los viejos políticos que se jubilen y decirles que están perjudicando el proyecto ciudadano?

RC: En algunos casos yo no vería necesario pedirles que se jubilen, yo más bien plantearía que dejen de tener un afán de protagonismo principal y ponerse en la primera fila de los liderazgos porque creo que cada uno, inclusive gente de 98 años, tienen todo el derecho de participar y hacer política, creo que en política no hay jubilación, lo que si hay que pedirles a los diferentes dirigentes y líderes es que abandonen sus apetitos personales, que no se pongan en la primera línea de las candidaturas y es necesario que todos ellos contribuyan a la generación de un muy masivo y fuerte movimiento de oposición política al actual Gobierno.

IF: Hay varios autores que les piden que den un paso al costado, que se jubilen, hay posiciones más matizadas, pero lo que sí le exigimos al liderazgo de los partidos tradicionales es que refresquen su lectura, es comprensión de lo que ha pasado en la política en este país en los últimos 15 años, a partir de eso se van a dar cuenta que el proyecto de futuro no pasa por frentes únicos, no pasa por juntuchas, no pasa por bolsas de gato, pasa por  un nuevo proyecto donde lo ciudadano va a tener un rol fundamental.

Ustedes dicen que están buscando el "que” y uno se pregunta por el "para qué” o "para quién”, porque ya hemos visto las primaveras árabes que han sido realmente movimientos ciudadanos, pero han derivado a veces en peores fracasos por la falta de liderazgos.

RC: Una cosa está clara, no queremos en Bolivia una experiencia que reposicione o posicione a un Macri o a un Temer y lo decimos abiertamente.

IF: Tampoco es un escenario para una MUD a la venezolana, tampoco es el escenario, como siempre son propuestas muy nuestras las que tienen que salir.

RC: Y por el otro lado creemos que esto que estamos diciendo tiene enraizamiento fuerte en Bolivia, Bolivia no es Argentina, Bolivia no es el Brasil, Bolivia ha sido uno de los países más progresistas, tenemos que impedir que se vuelva a renovar ese péndulo de ir hacia adelante e ir hacia atrás, ese es el desafío.

IF: Ese es el desafío, no hacer política con los ojos en la nuca sino con los ojos hacia adelante.

 Apostar por la protesta callejera y el pacifismo

El colectivo Fuerza Ciudadana y otros de la misma naturaleza se han articulado en las últimas semanas para participar de una concentración en la plaza San Francisco de La Paz el 21 de febrero a las siete de la noche, con la intención de celebrar el triunfo del No al intento de Evo Morales de postular a un cuarto mandato.

Colectivos como éstos han empezado a tomar forma, precisamente, a raíz de la campaña por el No hace un año, exactamente. Luego tuvieron un rol activo en las protestas por la crisis del agua y este martes pretenden repetir la fórmula.

Sin embargo, tanto Ilya Fortún como Ricardo Calla  dicen que estas manifestaciones tienen la característica de ser pacíficas. Incluso  recuerdan que en las protestas por el agua había gente que quería bloquear o quemar muñecos de ministros, lo que, según dicen, ellos lo impidieron.

Ambos enfatizan en ese rasgo porque saben que el mismo 21 de febrero el MAS sacará a sus bases para denunciar "la mentira” que le hizo perder el referéndum a Morales, en alusión al caso de Gabriela Zapata.

 Para esta ocasión, según dicen estos activistas, ya lograron la adhesión de sectores de El Alto e incluso de las provincias, por lo que consideran que la concentración tendrá un cariz popular y no únicamente de la clase media.


Fuente: Pagina Siete / Domingo 19 de febrero 2017.