Pedro Mariobo Moreno
No pensaba decir
nada sobre las elecciones del próximo domingo 12, pero el amigo Eduardo
Maldonado lanzó un comunicado a Potosí en contra de los dos tercios, dizque
para preservar la democracia por la que muchos lucharon para recuperarla de las
dictaduras de otros tiempos. Si la derecha lo dijera, no me preocuparía, pero
cuando “un socialista” lo dice, ya es preocupante.
Compañeros
luchadores de ahora, de antes y de siempre: la democracia no es un sistema
político neutro, no existe la neutralidad en política; tampoco es un sistema
político abstracto pues en su realización efectiva, la democracia va
adquiriendo formas, contenidos, objetivos y va modelando culturas que la
vuelven realidades concretas entre las que están la democracia formal, la
democracia controlada que en esencia son la democracia burguesa que se
contrapone a la democracia, popular y/o socialista. Y todo esto depende de los
actores también concretos de la sociedad donde se instauran los modelos
políticos democráticos.
El famoso
manifiesto de la Revolución francesa sobre la democracia del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo, fue y sigue siendo la democracia burguesa que derrotó
exitosamente al sistema feudal de aquellos tiempos. En el mismo manifiesto, la
última consigna “para el pueblo” denotaba ya la contradicción con las dos
primeras “del pueblo y por el pueblo”, pues “para el pueblo” significaba
tutelaje de alguien sobre el pueblo, ese alguien que muy bien utilizó la
burguesía ilustrada de aquellos tiempos, fueron las diversas élites de las clases
o fracciones de clase dominante que indudablemente era y son de la burguesía.
En Bolivia esta experiencia hasta la revolución de 1952, se llamó la “rosca
minero-feudal” que en la realidad fue lo más reaccionario de la oligarquía
minera y los resabios de la feudalía terrateniente de entonces. Y la democracia
que practicaron fue la liberal representativa, formal y de minorías.
En la época
imperial va surgiendo la democracia controlada cuyo principal objetivo tal y
como lo reitera el imperio, “es la preservación y defensa de los intereses
superiores de los Estados Unidos” en cualesquier parte del planeta; y para ello
impusieron las dictaduras militares durante la tercera fase de la geoestrategia
de dominación unipolar denominada “Doctrina de Seguridad Nacional” (DNS). En
esta fase de la dominación, los ejércitos aplicaban la consigna de los centros
de entrenamiento militar en el Comando Sur de las Fuerzas Armadas imperiales,
de luchar contra la insurgencia de los pueblos y contra todas sus formas de
organización desde las gremiales, corporativas, sindicales, culturales, y
contra la insurgencia militar por entonces llamados ejércitos de liberación
nacional; el enemigo de esas fuerzas contrainsurgentes era el pueblo, sus
organizaciones y sus líderes. Ahí estuvimos muchos de los que ahora defendemos
la democracia participativa que la estamos construyendo como una expresión de
la democracia del pueblo y por el pueblo para que nunca más tengamos víctimas
como Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luís Espinal, Juan José Torrez y una larga
lista que no es posible ponerlos a todos.
Y si el pueblo
siempre es mayoría en relación a las élites dominantes de la burguesía, esa mayoría debe y tiene que
expresarse en una voluntad expresada en votos libres, informados y conscientes,
para conformar no solamente los dos tercios que representa el pueblo en sí,
sino ganar a los aliados verdaderamente demócratas que no solamente proclamen
la democracia con fines utilitarios para entregar los recursos naturales en 50%
para diez millones de personas del pueblo boliviano y el otro 50 % para una
pequeña élite de las burguesías locales y extranjeras; o privatizar las
empresas de toda la sociedad en pequeñas propiedades privadas como la propuesta
privatista de Tuto Quiroga como una versión mejorada de la política
privatizadora de Goni que concluyó con las acciones prometidas para los mayores
de 60 años en la caricatura del “Bonosol”.
No ingresamos al
desglose de las demás formas de la democracia, porque ese no es el tema
principal. El tema que nos ocupa es que el pueblo pueda expresarse libre y
conscientemente para continuar la construcción e institucionalización de la
democracia participativa, ejerciendo con todo derecho el derecho de las
mayorías porque el pueblo siempre y en todo lugar es mayoría.