LA GEOPOLÍTICA
DETRÁS DEL SECUESTRO PRESIDENCIAL
Por
Rafael Bautista S.
El
secuestro europeo del avión presidencial boliviano confirma la disposición
estratégica de los nuevos peones imperiales en el tablero geopolítico del
incipiente mundo multipolar. También muestra la insolencia de un poder
imponente que acaba en la impotencia (pues hasta sus propios agentes se le
rebelan); por eso no tiene reparos en humillar a quien se le plazca y, de ese
modo, exponer a los cuatro vientos el verdadero lugar que ocupa una Europa en
decadencia: la nueva colonia gringa está, no sólo para sacrificarse por el
dólar, sino que se presta, como lo hiciera un “housenigger” o esclavo de casa,
a hacer el trabajo sucio del amo.
Después
de cinco siglos, Europa regresa a su condición periférica, cuando era nada
respecto del mundo civilizado que lo protagonizaban árabes, hindúes y chinos.
Es gracias a la invasión y al saqueo del Nuevo Mundo que Europa se proyecta al
atlántico, como eje de su nueva condición de centro hegemónico mundial. La
modernidad no fue nunca otra cosa que la administración de la centralidad
europeo-occidental. La II guerra mundial sirve a USA para ser ese centro que
hereda de una Europa en ruinas. En ese contexto, la guerra fría fue la tercera
guerra mundial que la gana USA (y la sufren los países pobres) e impone, desde
entonces, un mundo unipolar.
Pero
el siglo XXI manifiesta una nueva disposición global; aquél infatuado poder y
su desmedida fuerza militar, acabó erosionando las bases de su propia
hegemonía. La decadencia actual ya no es sólo del mundo imperial sino del
proyecto que hereda y encarna. Cuando expone a una Europa reducida a mero
apéndice colonial de una apuesta que ya ni siquiera es “americana”, sino
impuesta por burocracias privadas financieras, muestra la fisonomía de una
decadencia que, en medio de la más descomunal concentración de riqueza fruto
del robo, enfrenta al mundo entero como su enemigo.
La
crisis europea es apenas la escena doméstica de la nueva guerra que desata
Occidente contra un embrionario mundo multipolar (que ya no se considera su
“patio trasero”); no sólo contra los BRICS sino contra toda disidencia en el
resto del mundo. La amenaza reclama inmediata obediencia, y lo acontecido con
el secuestro del avión presidencial boliviano muestra a una Europa que, aunque
acostumbrada a humillar a otros, resulta aún más humillada en su propia casa
(pues ni siquiera Alemania abrió el pico en esta flagrante injerencia gringa en
plena Europa). El primer colonizador del mundo moderno acaba siendo colonia. Es
decir, la otrora cuna del renacimiento y la ilustración, la supuesta misionera
de la civilización en el mundo, no halla en sí más argumento que no sea la
sumisión y la capitulación a un poder que, para colmo, se encuentra en crisis
terminal. Lo que manifiesta su elite gobernante es la pérdida de respeto por sí
misma.
No
en vano, el presidente ruso Vladimir Putin, a propósito de la injerencia
europea en Siria –donde Europa regresa a su condición de genocida, armando a
terroristas para derrocar a Bashar-al-Assad y, como en Libia, imponer la gula
de Occidente; y donde Rusia ha frenado las ambiciones occidentales ofreciendo a
Siria los misiles tierra-aire S-300PS ante cualquier ataque foráneo (si estos
misiles son letales a cualquier avión de combate gringo, inglés o francés,
imaginemos su versión superior, el nuevo sistema de misiles Vitiaz)–, interpela
a la prensa europea y a su propio homólogo David Cameron: “yo estoy seguro de
que ustedes estarán de acuerdo en que seguramente no deberíamos ayudar a gente
que no sólo matan a sus enemigos sino que además mutilan sus cuerpos y se comen
sus entrañas ante el público y las cámaras. ¿Es ese el tipo de gente que
ustedes quieren apoyar? ¿Quieren ustedes armarlos? Si es así, parece que hay
aquí muy poca relación con los valores humanitarios con los que Europa se ha
comprometido y que ha divulgado durante siglos”.
La
ironía del presidente Putin deja entrever lo siguiente: hay poca relación con
esos valores porque, en realidad, Europa nunca ha creído en ellos, tampoco USA.
Un mundo hegemonizado por Occidente ha sido el más nefasto despliegue de
dominación global que muestra, en la actualidad, hasta al propio derecho
internacional como la expresión más sofisticada de su poder.
¿Qué
otra cosa puede significar la violación de todo derecho internacional en el
secuestro cometido a un avión oficial latinoamericano en espacio aéreo europeo?.
Esa violación responde a una anterior: el desprecio que USA ha propinado a la
propia Europa, mostrando que las decisiones soberanas de sus Estados son
tomadas al otro lado del atlántico; es decir, que aquella violación no es otra
cosa que la apostasía del concepto de soberanía, mostrando que el derecho
internacional ya no tiene a los Estados como sujetos de derecho. ¿Cuándo comienza
aquello? Con el neoliberalismo. Si el derecho de cada país se funda en la
soberanía, ¿en qué se funda el derecho que promueve el neoliberalismo? Lo que
produce el neoliberalismo es un sistema jurídico pertinente a la globalización
del capital transnacional, de modo que los propios organismos y las
instituciones mundiales (obedientes a ese poder) puedan sobreponerse a las
propias soberanías nacionales.
En
ese contexto, el secuestro por terceros, no sólo muestra el desconocimiento de
toda soberanía sino el carácter obsceno que ha tenido aquello, lo cual nos
acerca al concepto de violación. Por eso el secuestro no es algo episódico sino
la más clara evidencia de la decadencia hasta jurídica del mundo hegemonizado
por el imperio gringo. Las últimas invasiones militares que ha venido
realizando Occidente han mostrado que el derecho internacional es apenas el
guante que encubre la violación de todo derecho.
A
partir de eso se puede colegir que los tratados que firman los países (como
antes el ALCA o el TLC y ahora el tratado “Alianza del Pacífico”)son, en
realidad, cesión sistemática de soberanía de nuestros países; pues lo que está
siempre en juego es la disposición geopolítica de las respectivas áreas de
influencia. Todo acuerdo comercial que emprende Occidente conlleva entonces la
defensa de los intereses imperiales(los que ahora pugnan por sobrevivir en un
mundo que ya no es el suyo). Europa resulta en esta guerra
económico-financiera-mediático-militar apenas el empleado doméstico de la
hegemonía gringa, pues si de intereses se trata, nadie como el excandidato
presidencial John McCain lo ha puesto tan claro: “para Estados Unidos, nuestros
intereses son nuestros valores y nuestros valores son nuestros intereses”.
En
este contexto, analicemos la significancia geopolítica del hecho. La conjetura
del error deslinda responsabilidades y pretende encubrir las tramoyas que se
urden alrededor del hecho. Porque es bien sabido que, desde el 9-11, la
comunicación entre la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado, ya no es
fluida y menos armónica, de tal modo que hasta se desdicen, mostrando que ya no
les inquietan los mismos desvelos. Ya no es sólo las corporaciones petroleras y
el mundo financiero sino hasta el lobby israelí, quienes operan en estos
organismos por encima del propio gobierno formalmente establecido. ¿Quién manda
en USA?, es una pregunta cuya respuesta depende de cada coyuntura específica.
Pareciera
que hasta la inteligencia gringa es espiada, con el fin de filtrar sus propios
informes, de modo que las decisiones que se toman se hallan influidas por otros
propósitos. La coordinación del bloqueo aéreo no fue algo improvisado de cuatro
países que, además y supuestamente, se encontraban en medio de una querella
acerca del espionaje del cual eran objeto. Es decir, el fin premeditado de
aquello no era, en realidad, Snowden (pues ya se sabe que USA no desconocía su
paradero) sino lanzar un mensaje de advertencia, además de, como en el golpe en
Honduras, sopesar las reacciones. Entonces, desplacemos nuestra mirada hacia
otro lado.
¿Por
qué USA es el artífice de la “Alianza del Pacífico”, la AP, cuyos signatarios
son Chile, Colombia, Perú y México? El objetivo es impedir la creciente
influencia china en Latinoamérica y, para ello, USA no se ahorra medios para fracturar
los proyectos de integración de nuestros países. La AP, junto con la
“Trans-PacificPartnership” o TPP y la estrategia “Indo-Pacífico” son el montaje
estratégico que promueve USA para cercar y contener a China. En nuestro
continente, la AP restaura la influencia gringa, mediante la activación de un
bloque conformado por los satélites gringos, para enfrentarse al MERCOSUR, a la
UNASUR y al ALBA; del mismo modo como el golpe de Honduras sirvió para
fracturar una integración centroamericana adversa a USA.
Lo
que se pretende es actualizar la “Doctrina Monroe” en plena guerra no declarada
entre Occidente y los BRICS; por eso no es raro que España y Francia hayan
actuado como observadores de la AP, y sus diarios, como “El País”, hayan
festejado aquello que, decían, “no se trataba sólo de un tratado comercial” y
que les era más atractivo que una nueva integración europea.
El
involucramiento de estos países no es casual; con este añadido: ningún país
firmante de la OTAN ofreció siquiera hospitalidad humanitaria al avión
presidencial boliviano. Austria lo hace porque no es parte de la OTAN; es
decir, la orden imperial no contemplaba las consecuencias que hubiese
significado la imposibilidad de un aterrizaje forzoso. La flagrancia de aquello
contemplaba una macabra jugada estratégica: ¿cuál sería la reacción de una
Sudamérica fracturada?
Algunos
presidentes así lo interpretaron, por eso el presidente Correa llama la
atención de la ausencia del presidente protempore de la UNASUR, Ollanta Humala.
En la reunión de urgencia que se realiza en Cochabamba, la contundencia de las
declaraciones de, sobre todo, Venezuela, Ecuador y Argentina, remedian, de
algún modo, la ausencia de los presidentes del bloque satelital (lo cual denota
que, en medio de la decadencia imperial, ciertos gobiernos siguen pregonando
una soberanía que no coincide con el grado de entreguismo que muestran sus
apuestas económicas). Pero la contundencia no va más allá de la denuncia y es
fríamente avalada por unas tibias representaciones que no parecen medir la
envergadura del hecho. La sentencia del presidente Correa fue admonitoria: “o
nos graduamos de colonias o…” ya sabemos.
Lo
cual nos muestra que el colonialismo advertido en la actual Europa, hace
también todavía nido en nuestros gobiernos. Que Dilma Roussef no asista al
encuentro de UNASUR es ya señal que tiene sus ojos puestos más en el norte que
en el sur. Por eso su propia población denuncia, en sus manifestaciones, aquel
cambio de perspectiva. El modelo a la Lula que tanto pregonaban las elites
intelectuales “políticamente correctas” cayó por su propio peso. Las ambiciones
imperiales de Brasil tiene que pactar con los de arriba y ya no con los de
abajo; lo cual significa: alejarse del sur y proponerse integrarse al norte.
Ni
Lula se dio cuenta que trabajaron, en realidad, para la derecha; es decir, la
nueva clase media que generaron ahora tiene pretensiones de primer mundo y, en
ese sentido, ya no lucharían por el proyecto que los sacó de la pobreza–como
advierte Eric Nepomuceno– sino defendería únicamente su situación incluso, a
costa de los demás, o sea, a costa de los pobres que genera toda nueva
acumulación de riqueza. Moraleja: si en la pobreza se es revolucionario, parece
que en toda riqueza anida el espíritu conservador. Entonces, ¿es el fin de la
lucha la riqueza? ¿Para qué luchan nuestros pueblos? ¿Para ser como el norte,
que ya no sabe ser norte ni para sí mismo?
La
estrategia gringa consiste en calcular el grado de fracturación de Sudamérica,
mediante la provocación hecha. Los países europeos no contemplan dar
explicaciones porque se hallan bien respaldados y bien advertidos. Cualquier
desafío de parte de nuestros países está también advertido; lo acontecido con
el avión presidencial es tan sólo una muestra de lo que USA es capaz de hacer
(aunque aquel alarde de fuerza ya no es tanto, debido al anunciado recorte
militar de hasta el 30%–debido sobre todo a los fracasos en Irak, Afganistán y,
últimamente, Siria–, lo cual significaría la desaparición de 12 brigadas de
combate terrestre y de hasta 33 unidades aéreas de combate; en tales
condiciones, se dice, está difícil que Washington pueda emprender una ofensiva
militar a corto o mediano plazo, ya que su capacidad militar en el plano
operacional estaría seriamente reducida; sin contar con el hecho de que cerca
al 60% de la marina gringa se encuentra acantonada en el pacífico, con el único
objetivo de cercar a China)
Las
revelaciones que hace Snowden no son las únicas sino forman parte de una serie
de denuncias que han estado sucediendo hace ya un buen tiempo. Ya el ex
comandante de las fuerzas nucleares de USA, el general Cartwright, es acusado
de espionaje por revelar al New York Times la operación “juegos olímpicos”(que
consistía en introducir los virus informáticos Stuxnet y Flame en el complejo
computacional de Natanz y sabotear así el programa nuclear de Irán), del mismo
modo Jeffrey Sterling, ex empleado de la CIA, quien denunció la operación
“Merlin”, Bradley Manning hizo lo mismo revelando informes de inteligencia,
Thomas Andrew Drake denunció el programa “Trailblazer”, por el cual se busca
introducir virus informáticos en cualquier computadora o celular, etc. Todos
estos son considerados traidores (bajo la “Espionage Act” de 1915, que censura
todo derecho a la información del país supuestamente más democrático del
planeta) cuando, en realidad, lo que denuncian es la traición cometida por su
gobierno a su propio pueblo y a su propia constitución. Lo que hace Snowden es
eso: develar que su propio gobierno viola el derecho a la privacidad establecido
constitucionalmente.
Demostrado
lo que ya se rumoreaba, lo que irrita a USA es la probable apuesta de las
potencias emergentes de limitar el internet (en manos de los “servidores” Google, Facebook, Microsoft, Verizon, Apple, Yahoo y
Skype, los cuales son supeditados al programa PRISM de la National Security
Agency)
y promover intranet nacionales, resguardando lo que es estratégico para cada
nación: la información y la comunicación. Es curioso que la creación del
panóptico (que se la debemos a Jeremmy Bentham) fue creada para el control de
campesinos privados de sus tierras y obligados a trabajos forzados; lo que
después representó el sistema carcelario, ahora nos enseña su máxima
realización con las revelaciones de Snowden: si el imperio puede vigilar a todo
el mundo, entonces nos encontramos encerrados en un panóptico global y el
imperio asume para sí lo que representa un pan-óptico: el imperio se cree el
ojo de dios.
Por
eso no tolera disidencias, porque todas desafían, en última instancia, su pretendida
omnipotencia. Lo que nos devuelve a su considerado “backyard”. Si no hay una
respuesta decidida de nuestros países, entonces el secuestro del avión
presidencial le sirvió para constatar que la fractura realizada con la AP, ha
debilitado seriamente a la UNASUR. Si esto es así, entonces puede pensar en la
recaptura de su inmediata área de influencia, ya que la reacción de los países
se irá diluyendo en respuestas unilaterales, sin repercusión regional.
Geopolíticamente
nos habrá vuelto a anular. Si no hay respuesta regional decidida al secuestro
presidencial, le estaremos dando carta blanca al imperio en decadencia para
iniciar una nueva ofensiva “monroeista”. Las oligarquías sudamericanas ya se
encuentran animadas, fieles a su condición subordinada al dólar, pues el bajo
crecimiento y la inflación regional (que se operan también desde afuera) son
siempre argumentos para denunciar la incompetencia de los gobiernos populares
en materia económica. Por eso resalta la miopía de Brasil que, siendo parte de
los BRICS, no es capaz de liderar una apuesta regional definitivamente
soberana, para posicionar su propia presencia en el contexto del nuevo orden
multipolar.
Si
cotejamos al TPP (la hermana gemela del AP) por sus miembros: Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y
Vietnam, el mercado total que constituyen apenas bordea los 200 millones. Sólo
Indonesia, que no forma parte de este acuerdo, supera a todo este mercado
promovido por USA, ya que cuenta con 245 millones de gentes. Los BRICS sin Brasil
conforman más de 3000 millones de habitantes. Vayamos a Sudamérica. No sólo por
el mercado sino hasta por el PIB, el conjunto de los firmantes de la AP no
llega a igualar ni siquiera al PIB de Brasil, sin contar a los otros miembros
del MERCOSUR. Es decir, la AP no es un bloque de peso que pueda desequilibrar
al MERCOSUR o al ALBA.
Su conformación es más bien
de carácter defensivo y quien se defiende, de China, no son nuestros países
sino USA. Pues hasta sus propios thinktanks, como el Consejo Nacional de
Inteligencia, revela que, hasta el 2030, China logrará desplazar, en lo
tecnológico, económico y hasta militar, a la suma conjunta de Europa y USA del
primer lugar en el mundo. Es decir que, quienes en nuestra región, apuestan su
vida a USA y Europa, apuestan, en realidad, a su muerte.
Sus mercados ya ni siquiera
se sostienen a sí mismos. Por eso sus tratados comerciales buscan
desesperadamente lograr crecimientos apropiándose de los crecimientos ajenos;
no otra cosa ha sido la historia del desarrollo moderno: para generar
desarrollo hay que producir subdesarrollo, como garantía del desarrollo. El
primer mundo ya se da cuenta de que las propias fuentes de crecimiento y
desarrollo no son aptas para los afanes desmedidos del famoso progreso moderno,
por eso generan ahora dinámicas de guerra fría en el ámbito de las finanzas
sobre todo, para expropiar la riqueza que genera el tercer mundo para beneficio
propio. Pero ni eso tiene futuro y muestra de ello son los constantes periodos
de inflación, deflación y estancamiento de la economía mundial.
No hay mejor coyuntura que
ésta para desprenderse definitivamente de un sistema que, en plena decadencia,
no halla otra forma de sobrevivir sino parasitariamente. Por eso juega sus
apuestas hasta de modo suicida. Se juega su vida pero, en vez de adecuarse a un
mundo nuevo, no sabe sino poner en peligro la vida de todos. Ni su pax
americana consiente lo que fue la clave de su inspiración histórica, la pax
romana: ésta fue posible porque el emperador Adriano desistió de su dominación
y se retiró de Mesopotamia. La insistencia gringa no da muestras de igual
sensatez y apuesta a la dominación pura, generando la posibilidad de una
conflagración global.
Por eso en estos lados opta
por la doctrina del “dog’scircle” o el “divide y vencerás”, algo que aprende
del colonialismo francés e inglés, introduciendo elementos desestabilizadores
con fuerte apoyo militar y económico (por eso la AP, dice “El País” de España,
“no vislumbra sólo asuntos comerciales”). La confrontación que USA ha destapado
con el secuestro del avión presidencial es entre Occidente versus UNASUR y los
BRICS (por eso la condena que hace Putin a España, Italia, Francia y Portugal
–que ya no serían los PIGS sino los PIFS– es acertada: también fue un agravio a
Rusia).
Se lleva a cabo la reunión
de la OEA. La advertencia de Insulza es cierta: denunciamos y ¿después?, todo
vuelve a lo mismo. Se trata de sentar un precedente, lo cual pasa por una firme
decisión de revertir el desequilibrio de nuestras relaciones Latinoamérica-Europa.
Ya es hora que nos demos cuenta que ellos necesitan más de nosotros que
nosotros de ellos. Entonces vayamos por donde más les preocupe: la revisión de
los acuerdos comerciales. La contundencia de ello no puede ser sino una
decisión conjunta. Si no es toda la región, por lo menos que los países del
ALBA y el MERCOSUR inicien aquello. Ojalá esto sirva para que el propio
gobierno boliviano revise la presencia de Repsol y de todos los capitales
españoles y europeos; pues lo que siempre han hecho, a nombre de inversión, es
el saqueo indiscriminado de nuestra riqueza.
Dejar huérfanos a Bolivia,
Ecuador, Venezuela y Argentina, es la apuesta geopolítica del incidente con el
secuestro del avión presidencial en Europa; para de ese modo iniciar una definitiva
recaptura gringa de su “patio trasero” (pues ya perdieron mucho en Medio
Oriente). Si estos países –y Brasil– y la región en general no se dan cuenta de
ello, quiere decir que nuestra vocación colonial no está a la altura de esta
oportunidad histórica. Cinco siglos después Europa vuelve a su condición
periférica, ¿no será señal de que nosotros volvamos, de una vez por todas, a
nuestra condición libre y soberana, anterior a la invasión europea?
La
Paz, Bolivia, 9 de julio de 2013
Rafael Bautista S.
Rafael Bautista S.
Autor de “DEL MITO DEL DESARROLLO
AL
HORIZONTE DEL SUMA QAMAÑA”
rafaelcorso@yahoo.com
rafaelcorso@yahoo.com
0 comentarios:
Publicar un comentario