lunes, 9 de abril de 2012

Wiphala flamea en Gotemburgo - Suecia

(Liberación 2012-03-11)

Articulo 6. II “Los símbolos de Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde, el himno; el escudo de armas; la Wipala; la escarapela; la flor de kantuta y la flor del patujú”,es como manifiesta la Nueva Constitución Política de Bolivia.
Per Kåks - director del Museo de Culturas del Mundo.

El día 10 de marzo se inauguró en la ciudad de Gotemburgo, una exposición sobre Wiphalala en el Museo de las Culturas del Mundo, oportunidad en la que el director de la institución Per Kåks destacó la iniciativa de la colectividad boliviana, por promover sus raíces culturales

Adriana Muñóz responsable del proyecto invitó a este evento al embajador boliviano Miltón Soto. Destaca así mismo el trabajo mancomunado con el Cine Roy de Gotemburgo que programó un festival de cine de los Pueblos Originarios.

Liberación invitado también a esta actividad conversó en el mismo marco con Adriana Muñóz, en torno a la iniciativa que por primera vez en Suecia, quizá en Europa se expone la Wiphala, (emblema aimara, bandera cuadricular de siete colores), la cual fue reconocida como símbolo del Estado Boliviano.
Adriana Muñóz

José H Romero (JHR): ¿Cómo surge la idea de exponer la Wiphala?
Adriana Muñóz (AM): La idea nació en el 2007, cuando el gobierno boliviano pidió que se devolviera la colección “Niño Korín”; entonces Suecia financió un proyecto de investigación para conocer más dicho muestrario.

JHR: ¿Cuáles son los objetivos que el Museo se ha planteado?
AM: El trabajo fue invitar a Gotemburgo a Walter Alvares Quispe, un Kallawaya boliviano a Beatriz Loza, historiadora, que hizo que los Kallawayas, se conviertan en Patrimonio Intangibles de la Humanidad, en la lista de la UNESCO y se invitó también a Walter Mingolo que es un teórico que trabaja con teorías de colonización.

Con participación de estos tres expertos se descubrió que en la colección había un pequeño objeto, chiquitito, que tenía la representación de la Wiphala y a partir de entonces se empezó a trabajar con la idea de darlo a conocer.

Se hizo un film, se hicieron cinco entrevistas y después de mucho trabajo tratando de conseguir los fondos se pudo abrir esta pequeña exposición y se mantendrá por espacio de dos años.

JHR: ¿Sufrieron algunos contratiempos en este trabajo?
AM: El contratiempo siempre es el dinero; pero se superó. Otro contratiempo fue el poder entender: Que lo que nosotros queremos hacer, siempre lo que uno hace se interpreta de política pero eso si no para un partido o un grupo no, lo que una quiere hacer es para todos, a favor y en contra.

JHR: Sobre el título de la exposición: “Wiphala: Identidad y conflicto”, podrías explicarnos?
AM: Hay varios temas políticos, un tema político en Suecia es por ejemplo que un objeto de hace mil años pueda ser actual hoy, un tema político en Bolivia es: si estás a favor o en contra de este símbolo.

No me siento la persona indicada para tomar partido en “pro o en contra”, lo que me parece interesante es que es un conflicto y los conflictos a veces no son tan malos lo peor es no saber que hay conflictos. Si existe un conflicto quiere decir que hay una dinámica en la sociedad, que demuestra que la sociedad se está moviendo hace algún lugar; donde los símbolos se pueden discutir abiertamente; eso pasa donde la gente se siente suficientemente libre como para poder discutir y tener opiniones encontradas y nosotros como latinoamericanos lo vemos que esa situación muchas veces no ha sido posible en Latinoamérica: tener disidencias, lo cual da un marco político que es bueno, discutir es en democracia es algo sano.

Yo siento como persona que la Wiphala, ha significado un proceso que no se trata de individuos, solos, sino que se trata de todos y eso me parece muy importante.

JHR: ¿Sobre qué referencias en Bolivia, se basaron?
AM: En Bolivia hemos tenido muchas, una de las referencias teóricas más importantes es el Taller Oral de historia Andina, con una de las teóricas más importantes latinoamericanas hoy difundidas, se llama, Silvia Rivera Cusicanqui . Ha sido como los libros de cabecera del proyecto.

También ha sido interesante ver que en Bolivia, buscando información, no está el 100% de la población está a favor pero tampoco el 100% de la población está en contra y estudiar y tener estas posibilidades ha sido muy interesante para darse cuenta a quienes representa y a quienes no. Y toda la comunidad enorme que hay acá en Gotemburgo han sido ellos lo que han hecho posible que se haya logrado todo esto: las películas, la exhibición, la ceremonia que experimentamos – para muchos por primera vez- en Hammarkullen, con la presencia de Walter Alvares Quispe.

JHR: ¿Abordaron también temas relacionados con Latinoamérica?
AM: Por ejemplo en Buenos Aires absolutamente está claro que en cada demostración hay una Wiphala, es super común, en el Chaco, en la Argentina, en el Ecuador, uno lo puede ver en el Perú. Me llamó la atención – cuando vi la Wiphala - en un partido de futbol en Barcelona entre el público. Otra en manifestación de solidaridad, al juez Baltazar Garzón, que tiene tantos problemas hoy en España, había grupos demostrando a favor de Garzón.

De pronto estas situaciones nos demuestra la necesidad de armar una exposición y es ahí donde nace esta idea de exhibición, un objeto pequeñito que tienen mil años que está escondido en un depósito en un museo, de pronto es uno de los símbolos más importantes, más fuertes latinoamericano contra la injusticia y me pareció extraordinario, esto es un tema que hay que contar, divulgar, informar a la población en Gotemburgo.

Es interesante que la gente venga al museo a criticarnos, que digan lo que opinan, si están a favor o en contra. Esto es parte del diálogo. De alguna forma presionen al museo para que este diálogo sea una cosa viva.

JHR: La presencia del Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Sr. Milton Soto, ha estado presente en esta inauguración, su opinión por favor?
AM: Me parece importante que un Embajador esté presente en una exhibición porque le da un carácter institucional, que es muy importante, y esos marcos institucionales son de todo importantes cuando nosotros tenemos que demostrar aquí, porque es importante mostrar objetos que vienen de otros lugares del mundo y porque de los objetos que están acá son importantes para la gente que vive acá.

Pero para cualquier persona latinoamericano obviamente hoy en día que venga a ver, que se pueda sentir orgulloso de que esta colección está acá y que la mostramos
Milton Soto, embajador de Bolivia:

La Wiphala forma parte de los símbolos nacionales constitucionalizados, el Art. 6 de nuestra Constitución, el numeral 12 expresamente indica que: la Wiphala, junto a la bandera tricolor, la Kantuta y el Patujú son símbolos nacionales, nos identifican como bolivianos.

Wiphala ha sido y sigue siendo un conflicto en la medida que; ha sido la resistencia, el símbolo de la resistencia, de la persistencia de la identidad a pesar de la colonia y ahora la propuesta de una nueva identidad colectiva que es la identidad del Estado Plurinacional.

El Estado construye a pesar de la colonial oligárquica y como todavía hay representantes de la República Colonial oligárquica en nuestro país que resisten el Proceso de Cambio hacia un Estado Plurinacional donde reconocen la identidad de todos los pueblos en igualdad de condiciones, tanto hombres como mujeres, tanto pueblos pequeños como pueblos grandes, tanto niños como jóvenes, y adultos; esa nueva condición de los pueblos plurinacional es resistida que no han querido o no quieren un Estado igualitario y ellos por supuesto se resisten a los símbolos que representan este cambio, uno de ellos es la Wiphala, por eso que es conflictivo y vamos a tener todavía este conflicto en tanto no se asimile el cambio que es favorable para todos.

Acá a nosotros nos identifica, si uno mira cualquiera de las fiestas en que los bolivianos lucimos nuestra cultura y además se la luce muy bien; me quepa felicitar de paso a todos los clubs u organizaciones, siempre se ven las Wiphalas y nos identifica, es muy boliviano en cierto modo.

Es el primer país que utiliza la Wiphala y la flamea con orgullo.

La Wiphala tiene un símbolo político, expresa el colectivo, el plural que hoy afirmamos sin desconocer nuestra bandera nacional, por eso ambas flamean juntas, en la embajada, en el palacio de gobierno, en la cancillería, en el palacio legislativo.

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