EL PARLANTE
Willie Claure: Cuecas para no bailar
“La propuesta de Willy nos recuerda que
las cuecas (como mucho de nuestro folklore) son también para escuchar y valorar
por el sólo hecho de ser buena música”.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Sergio Calero
Por encima de una tropa de clones Kjarkas e intrascendentes grupillos bien
uniformados, en medio del desalentador panorama del folklore boliviano,
concebido hoy como música de cantina y de preste, es reconfortante encontrarse
con el nuevo disco de Willy Claure: Cuecas para no Bailar.
De entrada el título es una toma de posición respecto a la apreciación,
invitando a escuchar antes que bailar, lo que parece incluso una provocación en
una época donde la música folklórica y mucha de la popular parece estar
supeditada a las posibilidades y cualidades para generar el movimiento de
caderas. La propuesta de Willy nos recuerda que las cuecas (como mucho de
nuestro folklore) son también para escuchar y valorar por el sólo hecho de ser
buena música. Pero claro esto se logra partiendo de dos componentes vitales,
primero una propuesta musical clara y segundo un conocimiento profundo del
género.
Respecto a lo primero, hay que empezar señalando que Willy Claure es uno de los
más completos músicos que trajo la década de los setenta y a estas alturas
sobran razones para considerarlo uno de los más sólidos compositores, un
virtuoso de la guitarra y además uno de los mejores cantantes del país. Es
fruto de una constancia inquebrantable que le ha permitido trabajar, compartir
música y escenario con grandes nombres como Khanata, Los Rhupay, Ema Junaro,
Savia Nueva, sólo por citar algunos. Y aunque radicado en Suiza hace años,
Willy Claurese, se da modos para hacerse imprescindible cuando se habla del
mejor folklore boliviano contemporáneo. Y aquí el segundo componente.
Willy es un experto en cueca, por un largo tiempo de estudio y profundización,
tanto en las seis cuerdas con las cuales editó antes dos discos de cuecas, como
en el estudio del género, habiendo editado el libro Matrimonio y Cueca en el
Valle de Punata, parte de su formación antropológica, que le ha permitido
conocer a fondo todos los pormenores que hacen a la música, al baile y el
entorno social. Además recordemos que Willy ha publicado otros escritos como:
30 músicas bolivianas para guitarra.
Willy sabe de cueca y su aporte no se ha limitado a la recopilación sino
también a la composición ampliándole la vida, porque en verdad ya son escasos
los que se dedican a ella y mucho menos los que aun componen con exigencia y
rigor.
La cueca No le digas de Willy con versos de Jaime Saenz ya está indudablemente
inscrita dentro de las más importantes y logradas cuecas de nuestra historia
musical.
Pero sabiendo que la cueca también es patrimonio en Perú, Chile y Argentina y consciente del peligro del arte que se encierra, Willy se expande en la interpretación y la matiza con otras voces ampliando su riqueza mucho mas que de lo que ya conocemos de la cueca.
Pero sabiendo que la cueca también es patrimonio en Perú, Chile y Argentina y consciente del peligro del arte que se encierra, Willy se expande en la interpretación y la matiza con otras voces ampliando su riqueza mucho mas que de lo que ya conocemos de la cueca.
Cuecas para no bailar reúne 15 cuecas, rescatadas, nuevas e históricas y
sobretodo de autoría de Willy que comparte con seis voces de diferentes países
y tres nacionales. Y resulta notable escuchar al argentino Carlos Aguirre
poniendo voz precisamente a No le digas. Quien fuera voz del histórico grupo
chileno Congreso Joe Vasconcellos canta Un solo pañuelo. El cubano y cantante
de Fulano de Tal, Elsten Torres, canta Violeta y su compatriota el compositor y
cantante Pavel Urkiza De paso. Del Perú llega un músico ligado al jazz, José
Luis Madueño, en la cueca que da título al disco. El renombrado cantautor
español Javier Rubial le imprime otra sensibilidad a Eres mi mañana.
De los bolivianos está el actor y cantante beniano (radicado en México) Milton
Cortez, el cruceño y líder de Animal de Ciudad Ronaldo Vaca Pereyra y el
cantante Marcelo Arias, todos ellos aportando diferentes matices vocales a las
cuecas de Willy, y Willy se reserva para él las clásicas que las canta, para mi
gusto, incluso mejor que los invitados. Con las históricas De regreso y Cuento
del mundo reitera su admiración por la obra de Matilde Casazola. También revive
viejas cuecas que el tiempo esconde como Olvídate de mi de la voz de Los Jairas,
Yayo Jofré, Un puñal envenenado de Don Alberto Ruiz y la siempre recurrente
Caraqueña de Nilo Soruco.
Willy Claure arma todo el repertorio en un mismo esquema instrumental reducido
y efectivo donde se lucen las voces, pero sobre todo las cuecas que se muestran
rejuvenecidas demostrando que su belleza no ha disminuido con los años, el
olvido y el abandono, y que no necesitan de la cantina, el baile y el pañuelo
para brillar e iluminar el panorama
Fuente: Pagina siete/ La Paz/ Bolivia.
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