Cada quien con su indio
Más allá de su condición, el propio Evo Morales empuñó el discurso indigenista en la campaña electoral de 2005, aunque no con tanta contundencia como lo hace ahora en los distintos foros o concentraciones, aquí o afuera. Y Álvaro García Linera no pierde oportunidad alguna para recordarle el mote de “indio en el poder”. Siempre. Pero Morales es el indio que otros no tienen consigo y en sí mismos...
Si José Manuel Pando, en la campaña de la Guerra Federal, quiso uno para sus propósitos (Pablo Zárate Willca), la Revolución Nacional de 1952 cooptó a los campesinos para su construcción. Más tarde, el Pacto Militar Campesino le permitió al general René Barrientos Ortuño sobrevivir en el poder y, en octubre de 1970, el general Juan José Torres se apoyó en el poder con los campesinos, además de obreros, universitarios y militares. Siempre los campesinos (o, como ahora, los indígenas).
Foto:JHR / Cbba- Bolivia
En la historia reciente, Hugo Banzer Suárez pactó en 1997 una alianza con el dirigente del hoy extinto Katarismo Nacional Democrático (KND) Fernando Untoja, aymara orureño; y Gonzalo Sánchez de Lozada lo hizo en 1993 con el líder del Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación (MRTKL), Víctor Hugo Cárdenas, quien fue el vicepresidente de la República durante su primer mandato.
Y sigue… “Como está de moda tener un indio de lo que sea y tirar discursos en guaraní, quechua y aymara, la derecha está buscando sus indios y los está encontrando”, me decía en noviembre de 2012 el mítico dirigente obrero Édgar Huracán Ramírez.
Tenía razón. Se refería a la alianza que entonces sostenían el dirigente indígena de tierras bajas Pedro Nuni y Juan del Granado, líder del Movimiento Sin Miedo (MSM), y a la designación de otra dirigente indígena, Justa Cabrera, como subalcaldesa de Paurito, un distrito rural del municipio de Santa Cruz regido por el alcalde Percy Fernández. Ambos líderes indígenas eran parte de las movilizaciones por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), que entre 2011 y 2012 pusieron en vilo al gobierno de Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Ahora, en año de elecciones, otro indígena se ha sumado a un proyecto político. Otrora mallku del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe acaba de consumar una alianza con el llamado Frente Amplio, que promueve el líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina. Antes lo había hecho el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Adolfo Chávez, con el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, titular de Verdad y Democracia Social (Verdes).
Foto: JHR/ Mercado La Paz Bolivia
El denominador común de estas últimas convergencias es que se derivaron de un previo vínculo de sus actores indígenas con el “proceso de cambio”, que lideran Morales y el MAS. Son al menos los casos de Nuni y Chávez, que fueron piezas fundamentales del Pacto de Unidad que sustentó la gravitación del MAS en la Asamblea Constituyente. Además, su inclinación por las organizaciones precisamente contrarias al MAS. Es decir, son ahora aliados de la oposición.
Cierto, es complicado establecer la línea ideológica que persiguen, pero queda claro que al final eligieron respaldar a sectores conservadores y detractores del proceso político que rige en el país, salvo el MSM, que en su momento respaldaron con aparente convicción. Habría sido más creíble una participación electoral más independiente, pero Quispe se encargó de decir (en una entrevista con Animal Político el domingo) que no hay dinero que los sustente.
A ver en qué quedan finalmente. Ahora cada quien tiene su indio, como lo advirtió el Huracán.
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