lunes, 29 de abril de 2013

Uncía - Llallagua (Bolivia)


 
José H Romero/ Luis Oporto / Ruben Vargas

Luis Oporto actualmente desempeña las funciones de Director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, en la ciudad de La Paz Bolivia. Dejemos en esta ocasión que sea él mismo quien haga referencia a su persona.

Quien es Luis Oporto Ordoñez?
Hablar de uno mismo a veces no es muy aconsejable, dicen que cuando uno habla de uno mismo, lo que dice o lo que pueda decir de uno se puede convertir en un vituperio, pero respondiendo a tu gentil pregunta quiero indicarte que yo nací en un distrito minero, Siglo XX (Potosí). Por esas circunstancias soy esos hijos de la Revolución Social de 1952, pues mi fecha de nacimiento es el 19 de agosto de 1953.

Me mudé a la ciudad de La Paz donde estudié  en la Universidad en la Facultad de Humanidades, la carrera de Historia. Desde entonces vengo ejerciendo diversas funciones en instituciones nacionales, prácticamente todas ligadas al estado boliviano.

Actualmente desempeño las funciones de Director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional; soy también Docente Titular de la Carrera de Historia en la Asignatura de Archivística en la Universidad Mayor de San Andrés ( La Paz- Bolivia). En actividades de tipo académico formo parte del Centro de Estudios de América Andina y Amazónica, institución privada, desde la que impulsamos un programa editorial que hemos denominado: “El pasanaku editorial del CEPA”. Esta modalidad es como cualquier pasanaku, reunimos doce miembros, ponemos una cuota mensual; la diferencia del pasanacu tradicional, en lugar de entregarle al sorteado cuando le llega su turno, la suma de dinero recolectada en una sola bolsa le entregamos un libro de su autoría publicado, con eso rompemos esa vieja tradición donde los editores comerciales que se apropian, de la obra intelectual de los autores y a cambio les entregan el 10% de la obra en ejemplares  y a veces no legan ni siquiera a esa suma, en el pasanacu cultural es todo lo contrario; el autor es dueño de su edición y entrega al editor, que es el Centro de Estudios para América Andina y Amazónica en reciprocidad el 10% de su Edición; hemos invertido en este sentido la relación.

Formo parte también parte de una organización inédita aquí de la ciudad de La Paz y es “Amigos de la Ciudad”, y finalmente debo decir que soy integrante de la Academia Boliviana de ciencias Jerárquicas y tecnológicas, que tiene su sede aquí en la ciudad de La Paz.

 Plaza de Llallagua



JHR: Luis tu publicaste un libro anteriormente y lleva por título “Uncía y Llallagua” 1900 – 1935, Qué significa este libro y cuál es el aporte que brinda a la Historia de Bolivia?

LOO: Es una obra de largo aliento, en lo que toca a la fase de investigación, es una obra que se ha dejado esperar, por prácticamente dos décadas, puesto que, lo inicié muy joven y lo terminé en edad muy madura. En esta obra que recoge una síntesis de la historia de esa región que ha transformado el desarrollo capitalista del mundo, Distrito Minero de Siglo XX, ha sido redactada con mucha pasión pero también con mucha paciencia.

La historia de Uncía y Llallagua en esas tres primeras décadas del siglo XX nos muestra en los hechos la otra cara de la medalla cuando hablamos la historia de la industria minera capitalista en Bolivia; hablamos de los actores sociales invisibilizados  por el biografía tradicional, hablamos de las utopías, de esos actores sociales, hablamos de sus sueños, de sus ideales.

En el pasado se ha escrito mucho sobre minería boliviana, cuando yo planteo esto como tesis, mis profesores totalmente asombrados me preguntaron,… ¿pero Luis qué cosa nueva puedes decir de la historia de la minería, si se ha escrito tanto sobre ella y desde todas las visiones; francamente dudo mucho… me manifestaban estos profesores. Pero lo que no sabían estos profesores es que esa biografía tan extensa sobre la minería se había volcado con mucho apasionamiento sobre los pro hombre de la minería: Mauricio Hoschil, Aramayo, y Simón Patiño y si no se volcaron sobre estos personajes dejaron correr cinta a raudales hablando de la industria minera propiamente dicha. La tecnología y alguna vez de algunos aspectos sociales. Por fuerza de las circunstancias porque nunca quisieron indagar sobre esos temas.

Nosotros hemos volcado nuestra mirada a la misma zona minera a la misma industria minera, pero desde sus protagonistas, desde sus actores sociales, de esa base social porque ¿Quiénes levantaron el imperio económico de Patiño? No fue Patiño en sí, tampoco el capital extranjero  que después se transnacionalizó en 1923; fue esa mano obra de mano primero calificada y luego tecnificada que aportó con su sangre a construir ese imperio. Lamentablente de ese estrato social la historia nunca habló salvo en las masacres, en el recuento doloroso de las masacres, huelgas mostrándolos no como víctimas del capitalismo salvaje sino más bien como subversores, terroristas antinacionalistas, delincuentes, que atentaban contra el desarrollo nacional.

Nuestra mirada se volcó pues, a ese actor social conformado con hombres, mujeres y niños, de todos los estratos sociales que observaban cómo se desarrollaba el imperio de Patiño, desde el llano, desde la población misma.
Nosotros hacemos una historia social, una aproximación social de la minería nacional boliviana tomando como estudio del caso LLallagua y Uncía, pues ahí se generó ese capitalismo de enclave que como mencioné hace unas líneas atrás, transformó el desarrollo capitalista del mundo. Catavi sin duda alguna exportó tanto capital a Europa y EEUU que transformó esas relaciones sociales en América Latina.

Eso explica por qué tempranamente se introdujo una gran revolución social que no es otra cosa que la acumulación de las tenciones sociales que se iban generando en la pura relación entre el capital y el obrero. Pero para poder alcanzar perfilar esa historia social Uncía y Llallagua tuve que indagar en los archivos, donde se encuentran precisamente los testimonios más fehacientes de esa gran trayectoria social minera, de esa manera pudimos documentar con mucha precisión los antecedentes coloniales, Cómo se fue introduciendo la minería en toda esta fricción cómo fueron apareciendo ahí apellidos notables  que ahora forman grandes familias, pero como remarqué la labor no fue sencilla porque esos documentos estaban inmersos en mares de información que reposaban en los archivos nacionales de Bolivia, en Sucre, en el archivo minero de la Casa de la Moneda, en Potosí, el archivo de la Bolivian Power CO, en La Paz, Bolivia, en el archivo Notarial en Uncía una verdadera veta para la investigación.

Plaza del Minero / Siglo XX
 


De esa manera pudimos identificar a esos actores invisibilisados por la historia tradicional, por primera vez emergieron los nombres de esos personajes que tienen tanto mérito como Simón y Patiño, pero es notable ver  en esta historia cómo esta población apostaba también a su propio desarrollo urbano  hasta antes de la emergencia del capitalismo de enclave lo que se ha dado fundamentalmente por Patiño. La relación entre la población civil y la industria minera era simbiótica es decir, la empresa dependía de los servicios de la población civil y viceversa, la población civil se nutría de los beneficios que generaba la industria minera.


Con la emergencia del capitalismo minero muy peculiar el que después se va implantar en Bolivia a partir de los propios objetivos de Patiño esta relación se transforma totalmente; surge el “Campamento Minero”, pero no como un centro laboral temporal sino más bien como una especia de una moderna organización capitalista; ahí no rige ninguna relación tradicional sino exclusivamente la relación; obrero – patronal. El capital somete totalmente al obrero, a tal extremo llega esta situación que se genera una especie de “APARTAI” social porque aparecen ahí ya en esa época, por los años 1923, las trancas, es decir, aquellos obstáculos que impedían conectar a la población civil de Llallagua  con la población civil de Siglo XX, perdón, con el “Campamento Minero de Patiño”.

Eso es algo que no se ha estudiado en el pasado y nosotros lo analizamos como una de las estrategias de la apropiación real por parte de una empresa capitalista que no es nacional sino transnacional.
El caso de la ciudad de Uncía es dramático. El caso de Uncía donde se había generado ya un Centro Urbano, precisamente al influjo de la Minería temprana, por eso había sido declarada también como Capital de la Provincia Bustillos. Esta Provincia Bustillos que se crea para defender los intereses de esos primigenios capitalistas, industriales mineros, más propiamente.

Uncía estaba predestinada a convertirse en la cuarta ciudad minera del país, después de Potosí, Oruro, y  Uncía aspiraba a ese título, ser otra Villa Imperial, una Villa importante, una ciudad importante y eso lo logró pero paradójicamente con la visión transnacional de Patiño este sueño se derrumbó abruptamente. Cuando se inauguró el ferrocarril durante el Gobierno de Bautista Saavedra, el congreso de esa época  elevó a rango de ciudad a Uncía, la celebración fue muy grande, nos podemos fijar acá, cómo la historia tradicional relata este episodio histórico, señala que Patiño gastó inmensa cantidades de dinero para las celebraciones oficiales de los dos eventos, de la declaratoria de Uncía, como ciudad y de la llegada del Ferrocarril hasta esa ciudad minera, pero, cuando nosotros escarbamos la información en esos mares de documentos que hemos señalado anteriormente, nos encontramos con otra realidad; todos los trabajadores de todas las empresas, todos los comerciantes y todos los que tenían algún poder adquisitivo, algún ingreso económico pusieron sus cuotas para garantizar inclusive las medallas de oro que iban a obsequiar a los personeros de gobierno que iban a llegar a Uncía en esa ocasión.

Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Siglo XX
 


Patiño gastó su dinero en una gran fiesta social para la élite  a la que él pagó pasajes de ida y vuelta, desde los lugares de residencia hasta Uncía, la fiesta del pueblo, el agasajo real iba desde las bases sociales que garantizaron con sus aportes todos los insumos porque estaban festejando la declaratoria de su ciudad. Otro aspecto interesante que surge en nuestro estudio cuando analizamos el caso de la mano de obra, hasta la época que hemos estudiado, prácticamente hasta 1925 antes de la transnacionalización curiosamente no existen una cantidad significativa de trabajadores mineros procedentes de los ayllus del Norte de Potosí , en las estadísticas que hemos investigado sorprendentemente encontramos para esa fecha en los registros apenas un trabajador que había nacido en Llallagua, de donde entonces procedía la mano de obra , existe una explicación histórica muy interesante. 

Cuando Patiño descubre la mina “La Salvadora” esta en un momento donde los precios de la plata y el oro y el desplome de este mercado a nivel internacional, hasta ese momento la ciudad minera más importante era Colquechaca, Esta provincia minera tenía hasta ese entonces 7.000 habitantes, Uncía era un virolo de 1.500 habitantes  pero cuando Patiño descubre esa fabulosa veta de estaño, “La Salvadora”, y se provoca al mismo tiempo  el derrumbe de la plata Colquechaca se vacía inmediatamente  y estos mineros profesionales que estaban trabajando en la minas de Colquechaca suben en estampida abandonando esta ciudad convirtiéndola en una ciudad fantasma, suben hasta Uncía, los colquechaqueños llevan consigo también sus tradiciones, su fiesta, ahí surgirá el carnaval y luego viene cuando se funda se crea la Compañía estañífera de Llallagua con capitales chilenos que llega otra oleada de trabajadores profesionales, esta vez migrantes desde Chile.


El resto de los trabajadores llegan por medio del sistema del “Enganche” desde los valles de Cochabamba. ¿Cuándo empiezan a ingresar los trabajadores del Norte de potosí? Tardíamente a partir de la década del 40, esporádicamente además, esos detalles son los que caracterizan a esta obra, Uncía Llallagua.

JHR: Existirá una segunda etapa, del 52 a la actualidad?
LOO: No hemos iniciado todavía, pero debo reconocer tenemos la información recolectada. Seguramente podremos escribir sobre ese tema oportunamente.